El pasado sábado visitamos la Covonda. No
tenemos mucho más que decir sobre esta cavidad de lo que ya sabemos, pues tras
varias incursiones para visitarla y otras muchas para realizar la topografía
hacen que sea una cueva familiar a pesar de sus numerosos rincones y galerías
que posee la cavidad.
En primer lugar visitamos el sector del laminador y más
tarde el del gour y el mini-gour, donde apreciamos las delicadas formaciones. A
continuación visitamos una serie de salas como la “sala del bloc” y dimos un
rodeo por un piso superior alcanzando la “galería de la porta” por donde llegamos
a la “sala gran” y a los niveles inferiores donde destacan las acumulaciones de
sedimento. A destacar como siempre, que al tratarse de un laberinto es una
buena cavidad para demostrar que uno sabe orientarse bien dentro de una cueva. También
al no ser necesario para su exploración material técnico ni cuerda puede ser
una cueva de iniciación al mundo subterráneo.