PUBLICACIONES

REVISTAS BERIG

ARTICULOS PUBLICADOS EN LA REVISTA GOTA A GOTA

domingo, 29 de marzo de 2020

AVENC DE QUIQUET EL GAT - LA POBLA TORNESA


Esquema de la nueva instalación.

Ha pasado tiempo desde la última visita a esta sima, cuando nos reunimos una veintena de amigos para hacer espeleología por la zona. Esta vez sólo cuatro compañeros (Vicente, Alexis, Inés y Quique) quedamos para ir a re-equipar la cavidad y ampliarla con una segunda vía.
Tras equiparnos, preparar el material y dejar los vehículos en el aparcamiento, los tres chicos (porque Inés acudirá más tarde) iniciamos el corto camino de aproximación a la boca. Un breve ascenso por la senda, rodeados de romero y tomillo, florecidos ya debido al buen tiempo de este invierno, nos lleva al lugar donde se abre, entre bloques de piedra, a la sombra de los pinos, la entrada a la sima.

Boca de acceso.

Un vistazo a la apertura y comenzamos el trabajo. Alexis trata de recuperar unos spits viejos mientras Vicente y Quique se dedican a preparar los naturales de aproximación a la cabecera. Posteriormente se ensacan las cuerdas, se asegura con los spits recuperados y se protege la cuerda contra rozaduras.
Vicente emprende la instalación de la vía Norte y poco después le sigue Alexis con la Sur. En la vía Norte debe clavar un spit para un fraccionamiento pues el anclaje existente está inutilizable y se necesita una cuerda de 50 mts. Por otro lado, en la vía Sur se clava otro nuevo spit, se recupera uno antiguo, se fuerzan dos naturales para montar un pasamanos y en otro natural existente se acopla un desviador para la última tirada de cuerda, por lo que se necesita una cuerda de 55m.
Mientras se termina la instalación, se une al grupo Inés y al aviso de libre, tanto ella como Quique se lanzan al ansiado descenso de este impresionante pozo de 26 metros de profundidad; ancho, fresco y con alguna formación parietal.

Inés en el pozo principal.

Se hace pie en una repisa que se ha formado sobre un enorme bloque empotrado y por los dos lados se puede descender el último tramo vertical de una decena de metros.

La sala final tiene unas dimensiones de 9 x 5 metros y está totalmente colmatada por bloques. Las paredes y el techo están repletos de formaciones. Una colada ha decorado de forma espectacular un rincón del fondo y un grupo de estalactitas ha desarrollado unas protuberancias en forma de dientes de sierra, que vistas de lado parecen como una fila de árboles. La humedad ambiente es elevada y nuestro aliento forma nubes que se iluminan con la luz de nuestros frontales.

Formaciones en la base de la sima.

En una pared, un arácnido se queda quieto cuando el haz de luz cae sobre él, intentando pasar desapercibido, pero el ojo eterno de la cámara fotográfica de Vicente inmortaliza el momento.

Típica araña.

Hacemos la indispensable foto de grupo y empezamos el ascenso, que es muy rápido ya que disponemos de dos vías para hacerlo. La salida de la sima es bastante tecnica, pero no para un equipo dispuesto a ayudar como el que se ha reunido.

Foto de grupo en la base del pozo.

Una vez en el exterior, recogemos todo el material empleado y deshacemos el camino satisfechos y contentos de esta experiencia, comentando lo que a cada uno le ha parecido más interesante, compartiendo conocimientos y convocándonos para la siguiente salida.

Artículo de Quique Serrano.

jueves, 26 de marzo de 2020

ARTÍCULO SOBRE POZOS DE DISOLUCIÓN EN CASTELLÓN

En estos tiempos que corren, pensé por un momento, que el domicilio preferido de confinamiento para muchas personas seria en mas de Peris*. Como esto no ha ocurrido, no tenemos más opción que quedarnos en casa sin poder ir a las cuevas. Los espeleólogos no tenemos otro remedio que practicar "otra espeleología", también conocida como espeleología de salón. Esta puede consistir en: Preparar posts para el blog sobre salidas que todavía no estaban publicadas, leer artículos o libros sobre cavidades, pasar topografías atrasadas a limpio, limpiar el material de espeleo, engrasando mosquetones, bloqueadores, etc, retocar fotografías de cuevas, pasar tracks de accesos a cavidades obtenidos con el gps a la plataforma de wikilock, revisar en los archivos personales, donde podemos tener algún dato inédito de cavidades que todavía no se conocen, y enviarlos para que los adjunten al catálogo SICE-CS, entre otras muchas cosas.
En realidad, esta espeleología de salón, ya le dedicamos bastantes horas en condiciones normales, pues ahora en condiciones de confinamiento va a ser mayor.

Una de las primeras ocupaciones que he tenido, ha sido terminar un artículo que tenía "aparcado" desde la primavera de 2019. Es sobre espeleogénesis, concretamente sobre los pozos de disolución sin continuidad horizontal de la provincia de Castellón. Por tanto, tras unas cuantas horas delante del ordenador, he podido finalizar el artículo y hace pocos días se publicó en la revista de espeleología GOTA A GOTA.

A continuación adjunto el artículo (pinchar en el título para leerlo):




Adjuntamos algunas figuras que aparecen el el artículo y otras de la misma temática que no han aparecido.
Figura 4.

figura 10 del articulo.

Avenc del camí d'Amargura (Xodos). La cabecera de los dos pozos paralelos de esta sima se ubica
 justo por debajo de la línea discontinua roja

Avenc dels Ferrers (Portell de Morella), Con su base inundada debido a precipitaciones recientes.

Entrada de l'Avenc de l'Ombria (Xodos), abierta en mitad del cortado rocoso.


* (Masía que contiene en su terreno la entretenida Cova de les Maravelles)

domingo, 22 de marzo de 2020

“Avenc del Tossal Gros” de Castellón.




Corría el año 2016, y un amigo acababa de presentarme a Lee, un tipo muy curioso. 
Éste vivía la espeleología con tanta pasión, que la contagiaba. 

Me había llevado a una sima hacía pocos días, al Avenc del Mas Nou, en Les Coves, y para mi había sido un sueño hecho realidad el poder descender un pozo, recorriendo un camino hacia la oscuridad, hacia lo desconocido.
Me había hablado de duros trabajos de desobstrucción, de exploración y topografía de cavidades, y todo esto despertó en mí una extraña sensación, pues siempre había sentido que llevaba dentro de mí a un explorador.

Le comenté que conocía cerca de Borriol un pequeño agujero, y sin dudarlo, me dijo de ir a verlo. Para mi nuevo amigo Lee, el “ir a verlo” era transportar hasta allí un pesado conjunto de materiales muy diversos. Cuando fui a recogerlo, me quedé asombrado, pues todo lo que él  había preparado casi no cabía en el maletero de mi Samurái.

Lee en la boca el día de la desobstrucción
Al llegar al parking, nos cargamos con todos los trastos y caminamos hasta la boca, Lee siempre iba contándome historias de trabajos que habían hecho o que estaban haciendo.
Una vez allí, sacamos un montón de grandes piedras del interior de la cavidad, dejando una pequeña bóveda al descubierto. Comenzamos a sacar piedras y arena, con unos cubos, uno llenaba y el otro lo tiraba al exterior. Fuimos construyendo una gatera descendente, de roca sobre nuestra cabeza y suelo de arena. El trabajo era duro, así que el primer día solo despejamos un metro de gatera.

Piedras extraídas delimitando perímetro de seguridad de la boca
Al día siguiente volvimos, los dos estábamos muy motivados. Continuamos con nuestro trabajo, el primer turno lo hice yo, rascaba el fondo de la gatera con los pies, arrastraba el material un poco hacia arriba, llenaba el cubo y Lee lo sacaba hacia afuera.

Lee en la gatera de acceso
En poco rato ocurrió algo sorprendente para mí, rascando la tierra, de repente se abrió un hueco a mis pies, le pegue un grito a Lee y el me dio instrucciones de cómo actuar. “Ves con mucho cuidado, hazlo ancho poco a poco, intenta que no caiga mucho material dentro…” 

Al final se abrió un pequeño hueco, y me dijo que tirara una piedra, para sondear lo que había tras la ventanita, pues hacia un giro  hacia la derecha y no se veía nada. Tire una piedra, caía algo entre dos paredes rebotando, me dijo que tirara otra, pues muchas veces se quedaban las piedras en alguna repisa, la segunda piedra me puso la carne de gallina, se oyó caer rebotando bastante trozo, lo que nos indicaba que había una vertical. Al poco rato de seguir ensanchando la ventanita, Lee me dijo que ya era suficiente, que ya cabíamos. Me dijo “ya puedes pasar”, y yo, acabando de oír la piedra que había tirado me quedé bloqueado, era introducirme por un pequeño agujero sin saber a dónde iba. Me dio miedo, y salí. Lee se lanzó casi de cabeza y desapareció por el pequeño agujero. Me quedé asombrado viendo con qué decisión se adentraba a lo desconocido, de qué manera contorsionaba su cuerpo pasando por aquel estrecho agujero. Tampoco me lo pensé mucho y fui tras él. El paso era muy angosto. Cuando lo superé, estaba en una pequeña sala inclinada, desde donde comenzaba un pequeño y muy estrecho resalte, que mi compañero ya había bajado y estaba haciéndolo ancho con un mazo. Era una escena increíble, Lee picando piedra a martillazos haciendo hueco para que pudiera bajar yo. Una vez abajo del resalte, observamos el pozo. Habíamos encontrado una sima nueva. Era una buena noticia.

Reconstrucciones típicas en el interior de la cavidad
Salimos a por el taladro, cuerda y equipos. Lee comenzó la instalación con un gran puente de roca en la misma boca, un pequeño natural en la primera sala y clavó algunos multimontis. El pozo era muy estrecho, sobre todo el acceso a la cabecera, que había que hacerlo en plan superman, poniendo el cuerpo en horizontal. Yo, con muy poca experiencia, iba siguiendo las instrucciones que me daba, “pon el stop en el cabo, fracciona con un pie en cada pared, no toques las repisas…” mientras Lee desaparecía por debajo de mi. Resultó ser un pequeño pozo, con poco recorrido en su base, pero para mí fue toda una experiencia, algo que nunca olvidaré. Mi primera desobstrucción y exploración, al lado del que hoy es un gran amigo.
Gracias Lee por compartir tu pasión por las cuevas conmigo.

Han pasado 4 años. Muchos proyectos, salidas, exploraciones y descubrimientos desde entonces. Ahora, ya con mucha experiencia adquirida en este duro y apasionante deporte, llevando a cabo un proyecto en mi vida de terminar cosas pendientes, decido ir a hacer la topografía de la cavidad, pues nadie ha vuelto a entrar allí. Busco compañía para la tarea, faltan voluntarios para visitar este tipo de cavidades estrechas, solo mi amiga  Zoraida decide acompañarme aun sabiendo cómo es la cavidad.
Acudimos a la sima, cargados como siempre, y para nuestra sorpresa, alguien ha tirado dentro las piedras que pusimos rodeando la boca. Esto está muy mal hecho, pues si se tiran las piedras habiendo alguien dentro, no podría salir, hay que respetar todas las disciplinas que se disfrutan en el monte, esto es terreno de todos.

Piedras arrojadas otra vez en la boca
Una vez sacadas y tiradas bien lejos, el próximo que quiera tapar la boca deberá ir a buscar las piedras ladera abajo, montamos la instalación tal cual la hizo Lee el día de la exploración. 
Alexis va instalando la cavidad, recordando lo que se puso en su día. 
Ya recuerda por que no habían vuelto, vaya agujero más estrecho. Zoraida le sigue, no sin problemas por las dimensiones de la cavidad. 

Zoraida en la base del P12
Al llegar los dos abajo, terminan de mirar unos agujeros en el suelo y todo el recorrido de la fractura, tomando las mediciones pertinentes para la topografía. Toman medidas del pozo, y al llegar al segundo fraccionamiento, ya se observó en su día una posible continuación, un estrecho laminador que se separa de la vertical. Hoy Alexis se decide a explorarlo, se adentra por el estrecho paso y llega a una zona de techo muy bajo descendente con muchas formaciones y bastante ancha, pero de escasos 30 cm de altura. Visto que no hay continuidad, vuelve hacia el pozo, donde le espera Zoraida por si surgían complicaciones. 

Los dos amigos regresan hacia el exterior, libreta en mano, anotando todo lo necesario y sufriendo los estrechos pasos, ahora más complicados hacia arriba. 
Una vez en el exterior, nos quedamos asombrados viendo la ciudad de Castellón, término al que pertenece esta pequeña cavidad.

Boca de la cavidad con bonitas vistas de Castellón
Las mediciones nos confirmaron que se trataba de una pequeña cavidad, muy estrecha, con -24 metros de profundidad y 48 metros de recorrido, con un precario pozo de 12 metros, donde sus paredes repletas de pequeñas formaciones te agarran para que te quedes ahí abajo, con ella.
Originalmente la cavidad era Forat del Tossal Gros 1, ahora la separamos de las otras dos cavidades de la misma zona, pues pasa a ser una sima.

domingo, 15 de marzo de 2020

Cuevas de enero: Pla de Alifrago en Cervera del Maestre, Forat de l'Aire, avenc de la Llança y travesía AC-12, AC-13 en Barx, y cueva de la Autopista en Gandía.

Otro año más que empieza y en el que se cumple con creces la frase de "año nuevo, vida nueva", pero en el que espero poder hacer mucha espeleología.

El viernes 10 enero nos juntamos Vicente (CEVI), Gila y Carolina en el peaje de la autopista para ir hacia Alcalá de Xivert, a visitar la L'Avenc del Pla de Alifrago, en Cervera del Maestre.
No hay ficha técnica de la cavidad, tan solo indica la distancia de los 3 pozos que hay: P13, P47 y P12. Por lo que cogemos dos cuerdas, un 100 y un 30. Además leyendo en el blog del club veo una pequeña descripción de la cavidad donde indica que es fácil de instalar y que está toda con químicos.

Con ayuda del GPS encontramos la boca sin problemas. Y Vicente y Gila se asoman para ver dónde está la cabecera, mientras ensaco la cuerda de 100. Y cuál es nuestra sorpresa que lo primero que ven son parabolts sin chapa y sin tuerca, material que nosotros no llevamos en esta ocasión. Siguen mirando hasta que al fin encuentran algunos spits, que Gila coloca mientras acabo de ponerme el equipo. 
 
1.Boca del avenc del Pla de Alifrago.

Empiezo a instalar a partir de esos dos spits, luego hay un químico bajo de una roca como cabecera del primer pozo. En este punto hay otro químico que no vemos al bajar, pero que Vicente encuentra al salir. 
 
Desde esta cabecera se baja directo hasta casi la repisa donde hay un químico y un spit, que junto a otro spit que hay un poco más abajo, nos dejan en otra repisa, un par de metros por debajo. En este punto empieza el P47 con dos químicos como cabecera, y unos tres metros más abajo hay un parabolt, en este caso con chapa y tuerca, que coloco cómo desviador.

2. P47 de Alifrago.

Sigo bajando hasta una repisa donde encuentro dos químicos debajo de una roca que coloco como cabecera. Continuo el descenso y encuentro varios espárragos de parabolt, y uno de ellos tiene tuerca, por lo que pongo una placa y hago otro desviador. 
 
Luego llego a una repisa en la que veo algunos spits algo oxidados y alejados de la vertical, por lo que no los coloco, y continuo hasta la siguiente repisa. Una vez en ella, veo el siguiente pozo desplazado y un químico, así que voy a por él.

3. Inicio del P13 de Alifrago.

Saco la cuerda que me queda del 100 y compruebo que no llega hasta el final, por lo que empalmo el 30 para bajar este último pozo de 12 metros. Al bajar Gila ve un spit en el techo antes del químico y lo coloca para que al salir no tengamos ningún roce. 
 
Una vez todos bajo pensamos en comer algo, pero como hay un animalito en descomposición decidimos subir a la repisa de arriba para pegar un bocado y comenzar a salir. En esta repisa fotografiamos algunas pequeñas plantas que crecen en ella.

4. Detalle de plantas en la última repisa de Alifrago.

Gila empieza a salir porque las tiradas son muy largas. Le sigue Vicente, mientras que yo me quedo a desinstalar.
La sima tiene encanto, si te vas fijando hay varios rinconcitos con formaciones.

5. Rincón con bonitas formaciones en Alifrago.

Cabe destacar la importancia de llevar chapas y tuercas de parabolt.

6. En el fondo de Alifrago.

A partir de la celebración del “I ENCUENTRO ESPELEOTESORO KARST EN YESOS DE SORBAS”, algunos compañeros de clubs de Castellón decidieron organizar una salida a Barx incluyendo a los compañeros que habían conocido en este evento. Y aunque no asistí a dicho encuentro, he tenido la suerte de poder asistir a esta quedada en Barx, y conocer a nuevos compañeros de aventuras.

Agradecer la especial dedicación de Luis, Lidia y Sergio en la organización de esta quedada y gracias a todos los participantes por un fin de semana de buena convivencia y de espeleología.

El viernes 24 de enero quedo por la mañana pronto con Ian (de la sección de SPEOS del Centro excursionista de Alcoy), dejamos los coches en el parking de la font de la Drova cerca de la población de Barx, donde nos cambiamos y repartimos le material. Cogemos la senda que sube al Alt dels Caragols y tras una media hora encontramos la boca del Forat de l'Aire junto a la senda.

7. Boca del Forat de l'Aire.

En la boca hay un parabolt y un spit, donde coloco una placa as. Tras un pequeño destrepe se encuentra el primer anclaje que coloco como desviador, y un metro por debajo hay una cabecera con dos parabolts para descender este primer P15. Este pozo acaba en una repisa, donde enfrente se ve un pequeño agujero, que descendemos asegurados con cuerda. 
 
Este paso es estrecho, pero corto y sencillo de pasar.
Continuamos descendiendo por la diaclasa los siguientes pozos, todos instalados con parabolt, hasta que al final del P17 empalmo las cuerdas y comienzo el pasamanos. En este pasamanos hay varios parabolts, pero además coloco un punto extra en una estalagmita. 
 
Descendemos los dos últimos pozos de 6 y 10 metros hasta llegar a la parte final de la cavidad, donde destrepamos hasta su cota máxima de 118m., donde la fractura se cierra, pero encontramos bonitas coladas. 

8. Colada en el Forat de l'Aire.

Aprovechamos para comer algo y salir, repartiéndonos el trabajo de desinstalar.

Hay un par de pasos estrechos, justo antes del P14 y del P17, el resto de la cavidad es una estrecha diaclasa pero muy cómoda.

Una vez fuera, regresamos a la font de la Drova, donde nos espera César (Espeleo club El Tesoro), que viene desde Granada. Una vez en el parking, y tras las presentaciones pertinentes, ya que no nos conocíamos, cargamos el material en el coche de César y subimos hasta el parking del Pla de les Simes. Nos dirigimos por la senda hacia el avenc de la Llança, pero nos desviamos un momento para acercamos a ver la boca de la sima Aldaia, que ahora está vallada y cerrada por los murciélagos. Una vez en la boca del avenc de la Llança es Ian el que se encarga de instalar, fijándose en cada detalle para dejar una instalación limpia y muy cómoda. 
 
Primero coloca un anclaje natural rodeando un árbol con una cinta, para acercarnos con seguridad a la boca, y tras un corto pasamanos llegamos a la cabecera del primer pozo, y tras un tramo corto hay un desviador. Continuamos el descenso hasta la primera rampa, que se asegura con cuerda. Al final de la cual está la cabecera del siguiente pozo. Este pozo desemboca en otra rampa, que también se asegura, y al final de ésta encontramos el último pozo de unos 10m.
Tras un remonte de unos 3m. podemos apreciar una zona con bonitas estalactitas y coladas, y en un rincón está la posibilidad de atravesar entre formaciones para visitar otra salita, repleta de espeleotemas, que en esta ocasión no cruzamos a ver.

9. Bonitas formaciones en el avenc de la Llança.

10. Boca de la Llança

Hay que tener cuidado en esta cavidad, ya que, debido a sus rampas y paredes descompuestas hay mucho peligro de caída de piedras.

Una vez fuera nos dirigimos al bar, donde se encuentra otro grupo de compañeros de Castellón que ya han acabado su actividad del día de hoy. Nos tomamos algo con ellos y cuando se dirigen todos a las casas que han alquilado en la zona, yo me vuelvo a mi casa.

Al día siguiente, sábado 25 de enero, quedo con Héctor y con el resto de compañeros en la casa donde duermen a las 8.30h para realizar la travesía formada por las simas AC-12 y AC-13. El sistema CEG-40 que forman estas dos simas deben su nombre a que se encuentra en el Alt dels Caragols (AC).
Una vez en el parking, nos equipamos, repartimos las sacas, y acabamos de organizar los grupos. 
 
11. Antes de entrar a las cavidades.

Por un lado, Juan, Ari y Mariel (de SPEOS) van al avenc de la Llança, y el resto nos dividimos en dos grupos, unos entran por la sima AC-12 y otros vamos a la AC-13, para realizar la travesía y cruzarnos bajo, para salir desinstalando la otra sima.

12. Instalando la AC-12.

Por la AC-12 entran Luis (ECC), Sergio (ESPEMO), Chema (Grupo deportivo de Gandía) y Cantero (UEC Tortosa) que instalan la vía de enlace con la AC-13; y Pedro (Espeleo club El Tesoro), César e Ian, que instalan la vía que va directa a la base de la cavidad (-161m.).

13. Instalando la AC-13.

Por la AC-13 entramos Lidia, Vicente, Toni y Xavi de Espemo, Héctor y Toni del EC La Vall d’Uixó, y Carolina del ECC.
Lidia se encarga de instalar esta sima. Los primeros metros son un poco estrechos, pero enseguida llegamos a un pasamanos donde se ensancha y, poco a poco, vamos descendiendo los pozos. Conforme vamos bajando, van apareciendo las formaciones y los pozos están regados, debido a las abundantes lluvias de los días anteriores. Una vez en la zona horizontal nos cruzamos con Luis, Sergio, Chema y Cantero, que comienzan a ascender, excepto Luis, que se queda con nosotros.

14. Zona entre las dos bocas de la travesía AC-12 y AC-13.

Recorremos la zona entre las dos bocas de la travesía, que nos recuerda a las grandes galerías de Cantabria, aunque algo más pequeña. Llegamos a la base de la conexión con la AC-12 y esperamos a que Ian, Pedro y César, que están instalando los pozos para llegar a la cota de 176m., lleguen a la zona de conexión de la AC12 con la AC-13. Pero como tardan bastante, me acerco con Héctor y Toni a la cabecera de los pozos, comprobando que no están instalados y no están las sacas de cuerda. Por lo que se lo indicamos a los compañeros y decidimos salir, yendo Luis y Toni primero, para volver a bajar por la AC-13 y desinstalarla, mientras el resto desinstalamos la AC-12 entre varios.

15. Saliendo por la AC-12.

Al final acabamos saliendo de noche y nos enteramos que el otro grupo ha tenido un pequeño accidente: a Ian le ha caído una piedra en la mano, por lo que han salido rápidamente antes de que le doliese más.

Una vez estamos todos fuera, nos cambiamos y vamos a la casa que han alquilado en la Drova, donde nos reunimos todos para cenar unas ricas alcachofas y un arroz con cangrejo, muy rico, gracias a Cantero, el cocinero.

16. Arroz con cangrejo.

La cena se alarga un poco, pero aún así al día siguiente algunos decidimos quedar para visitar la cueva de la Autopista, en Gandía.
El grupo lo formamos Luis, Héctor, Toni, Lidia, Vicente, Sergio, Xavi y Carolina.
Esta cueva es la más larga de la Comunidad Valenciana. Es una cavidad polvorienta y llena de incómodas gateras, pero vale la pena visitarla, ya que su interior nos ofrece varios tipos de concreciones y formaciones cristalinas de incomparable belleza y rareza. Además es un reto encontrar estas bellas salas, debido a que la cueva es un auténtico laberinto en el que es fácil perderse. Pero nosotros no tenemos ningún problema, ya que vamos con nuestro guía Luis, que es capaz de orientarse rápidamente con la topografía en la mano y sin brújula. 
 
Nuestra visita empieza pasando por la “sala de les helictites”, que son unas estalactitas excéntricas que pueden desarrollarse en cualquier dirección y que parece que desafíen a la gravedad retorciéndose y creciendo de forma caótica.
Luego nos dirigimos al “ Mar de Coral” donde, debajo de los suelos traslúcidos, podemos ver preciosos cristales poligonales con forma de abeto.

17. Cristales en forma de abeto en la cueva de la Autopista.

18. Mar de Coral en la cueva de la Autopista.

Luego algunos vamos a visitar El Jardí y la Sala Blanca, donde nos maravillan las formaciones cristalinas de aragonitos aciculares que parecen erizos. 

19. EL Jardí en la cueva de la Autopista.

20. Sala Blanca en la cueva de la Autopista.

También hemos visto unos pelos colgando del techo en una sala, que se mueven del aire, a veces con tan sólo hablar cerca. Están formados de mirabilita, un curioso mineral que rara vez se encuentra en las cuevas.

Nuestra visita acaba aquí, sabiendo que hay más salas bonitas que visitar la próxima vez que vengamos.

Fotos realizadas por Gila, Luis, Ian y Toni.

martes, 3 de marzo de 2020

Travesía Sima del Cueto-Coventosa

Esta aventura empieza con un whatsapp de Ionel (Espelo-Polaris Burgos) el lunes 3 de febrero, invitándome a realizar esta travesía, una de las clásicas de Cantabria, ¡en 10 días!. ¿Y cómo rechazar esta invitación, cuando llevamos hablando de hacerla un montón de tiempo y no habíamos podido coincidir? 
Así que lo organizo todo, y quedo con Brigitte (Club de Montaña Al Límite-Alameda), la otra compañera que sube desde Marbella; eso sí es tener ganas de ir a Cantabria, cruzándose la Península entera. Quedamos en Madrid, el viernes 14 de febrero a las 11:30h, ya que tenemos que estar antes de las 17h en Asón para que nos entren los neoprenos.
Llegando, paramos varias veces para realizar algunas fotografías de las vistas tan espectaculares que teníamos. Uno de los puntos elegidos fue el refugio de la Sía, a 1230 m de altitud, que se encuentra en la frontera de Castilla y León con Cantabria. Otro de los puntos que es imprescindible retratar y sobre todo contemplar es la cascada del Asón. 
 
1. Vistas desde el refugio de la Sía.

2. La cascada del Asón.
3. Rincones preciosos de Cantabria.

Continuamos el camino hasta el restaurante Coventosa, nuestro punto de encuentro con el resto de compañeros. Allí conocemos a Fran y Oskar, quienes nos entrarán los neoprenos, y nos juntamos con Ionel y Guillem (GESAP), que serán nuestros compañeros en este reto.
Tras una breve charla, organizamos los neoprenos en bolsas estancas, y Fran y Oskar se dirigen a cueva Coventosa a darse un bañito en las frías aguas para hacernos un enorme favor. El resto del grupo, tomamos algo en el bar, y organizamos el material para el día siguiente. Luego vamos a Arredondo a tomar algo y a esperarlos.

4.Grupo en el bar de Arredondo.

Nos volvemos al restaurante a cenar y descansar para el día siguiente.

El sábado 15, a las 8.30h estamos los 4 en el bar para desayunar. Tras unas buenas tostadas, nos disponemos a realizar los últimos preparativos. Ionel nos comenta que está buscando transporte para que nos suban en todoterreno y así ahorrarnos parte de la aproximación. Después de algún que otro despiste y de no conseguir transporte, dejamos el coche de Ionel en la boca de Coventosa y subimos con el mío hasta el parking, y de ahí comenzamos a caminar.

5. Acceso a Cueto.

6. Sima del Cueto.

Casi dos horas después llegamos a la boca de la sima del Cueto, comemos algo, nos equipamos y entramos a las 14h. Tras la Galería del Torno, de apenas 10 metros, se abre el impresionante Pozo Juhué de 302 m. Primero baja Ionel, instalando en doble, luego Brigitte, y a continuación desciendo seguida por Guillem.

7. Pasamanos de acceso al Pozo Juhué.
8. Pozo Juhué.

Guillem y yo somos los encargados de recuperar las cuerdas, y realizamos el procedimiento varias veces hasta llegar a la repisa de -196m. En este punto nos tomamos un pequeño respiro, recuperando fuerzas con un trozo de chocolate, gentileza de Brigitte, y continuamos con los rápeles recuperando cuerda, hasta el Pozo del Algodón, que está en fijo. Tras este, dos pocetes más de 7 y 8 m., también en fijo. Seguimos por el Pozo del Péndulo, instalado en fijo, y con una cuerda guía que nos deja en la cabecera del Pozo de la Muleta. Cabe resaltar que no hay que cogerse al cable puesto que está en mal estado. Tras este pozo realizamos un pequeño destrepe entre bloques, que nos deja en el P4 (en fijo)
Tras este descendemos un P28, pozo Juana de Arco, el pozo del Oso y un P9, en el que Ionel corta la cuerda de la cabecera al primer fraccionamiento por estar en mal estado, así que bajamos este primer tramo en recuperable.
Continuamos descendiendo los siguientes pozos, Pozo de la Marmita, Tubo de la Cola, y Pozo del Techo, también instalados en fijo y regados. Y como el resto de compañeros que han realizado esta travesía, nos encontramos con el gran bloque asegurado por cuerdas en la cabecera del Pozo del Tubo de la Cola. En este punto nos apartamos de la vertical para no mojarnos mientras vamos bajando uno tras otro por el Pozo del Techo. En el último fraccionamiento de este pozo Ionel decide cortar la cuerda que estaba en fijo debido a su deterioro y descendemos este rápel volado en recuperable, llegando a la base de los pozos en mitad de la Galería Juhué. Esta cuerda no podemos llevárnosla por no poder portear peso extra, así que la dejamos en la base de los pozos, pero el trozo de antes si lo sacamos.
Ascendemos a la parte alta de la galería, donde Ionel ya tiene el fuego en marcha para hacernos una sopa, que agradecemos tras más de 5 horas descendiendo los 580m. de pozos. Además de la sopa comemos parte del bocata que aún nos queda, organizamos las sacas con las cuerdas bajo, ya que no se vuelven a usar durante toda la travesía, y cogemos agua, aunque poca debido a que las botellas están tumbadas, pero Guillem las coloca bien para que el siguiente grupo pueda abastecerse de agua.

9. Base de los pozos.

Esta primera parte de la travesía discurre por un enorme caos de bloques, por medio del que hay un sendero muy marcado con abundantes reflectantes. Atravesamos la Sala de las Once Horas y la Galería del Chicarrón, y descendemos la rampa de piedra suelta de la Gran Pedrera, hasta llegar al Oasis, donde recogemos algo más de agua, que potabilizamos con las pastillas que lleva Guillem.

10. La Gran Pedrera.

Recorremos El Cañon observando sus abundantes formaciones, y llegamos al Pozo de la Navidad, que descendemos para llegar a la Galería de la Navidad, de suelo arenoso. A partir de aquí accedemos a la red intermedia, por la que avanzamos entre resaltes, desfondes y pasamanos, hasta llegar a la siguiente galería, de techo bajo, que atravesamos para llegar a la Galería de las Aristas. Tras esta galería descendemos un P16 (en fijo) que nos deja en la Sala Blanca, de bellas formaciones. A continuación debemos superar un P31 para llegar al Espeleódromo, donde podemos observar flores de calcita.

11. Flores de calcita.

Al llegar al Pozo de la Unión, lo superamos fácilmente remontando una cuerda fija y luego un pasamanos, que nos deja en una galería al otro lado del pozo, donde paramos a descansar y a comer algo. En esta parada la comida es variada, desde pasta a tan sólo un café, según las necesidades de cada uno. Ionel monta un punto caliente, por el que poco a poco pasamos todos, hasta que, a las 3 de la mañana, decidimos emprender el camino.
Ascendemos el R5 por la cuerda fija y entramos en la Galería de las Pequeñas Inglesas, donde se hace lento avanzar por el cansancio y por el trabajo que cuesta superar las galerías de techo bajo, estrecheces, desfondamientos, trepadas, pasos de bloques, en oposición, pasamanos, cuerdas con nudos...
Tras descender un P15 llegamos a la Galería de las Veraneantes, por la que avanzamos hasta que empieza a reducir sus dimensiones y notamos la corriente de aire. Al llegar a la Sala de la Turbina, la galería se convierte en una estrecha diaclasa, que se desfonda en varios puntos, donde encontraremos pasamanos en las zonas más anchas.
Tras esta galería entramos en una gatera donde el aire sopla, y seguimos la corriente hasta llegar al Agujero Soplador, por el que descendemos con el stop en el cabo largo, y es recomendable ponerlo en C para personas con peso ligero para descenderlo más cómodamente.
Al fin deja de soplar aire, y la sala que hay es preciosa, con formaciones y el suelo concrecionado, nos anclamos al pasamanos y descendemos las rampas por las cuerdas fijas.
Seguimos avanzando hasta el lago de la tirolina, donde dicha tirolina ya no está, pero en su lugar hay un pasamanos detrás de un gran bloque, por el que descendemos. Continuamos el camino atravesando varias cuerdas fijas, y otro caos de bloques donde buscamos el P11, que nos deja en la orilla del primero de los tres grandes lagos, donde nos ponemos los neoprenos.
Poco a poco y con ayuda del hilo guía vamos cruzando los lagos, aunque en algunos puntos está roto, pero es fácil avanzar, y en muchos puntos hacemos pie. Hay que tener cuidado con los bloques grandes sumergidos que se encuentran en mitad de los lagos. 
 
12. Final de los lagos.

Tras los lagos, avanzamos por el Gran Cañón de Coventosa, y atravesamos la zona de las Marmitas por el agua, aunque hay pasamanos.
Tras varios pasos con cuerdas fijas, nos encontramos la zona de La Playa y Los Gours, y al fin el pasamanos de cable de acero, que nos indica que estamos prácticamente en la calle.

13. El Gour.

Luego encontramos el sendero que asciende la rampa de más de 40 m de desnivel de la Sala del Declive, tras la que encontramos una cuerda fija de subida que nos deja en una galería ascendente de techo bajo, por la que avanzamos a gatas, hasta llegar a una pequeña rampa, donde encontramos una cuerda fija de bajada, y tras unos pocos pasos llegamos al último P10, instalado por nuestros compañeros, que ascendemos, no sin esfuerzo, y que nos deja en la rampa de salida por Coventosa, tras 24h de actividad, y dejando atrás los recuerdos de las bellas formaciones, del esfuerzo y del gran grupo que hemos formado.

14. Salida por Coventosa.

A lo largo de toda la travesía realizamos muchas paradas cortas, de pegar un bocado rápido y continuar, excepto las dos largas, una bajo de los pozos y la otra en el Pozo de la Unión.

15. Formación característica de esta travesía.
 
Gracias a Ionel por llevarnos a cumplir nuestros sueños y por cuidarnos tanto durante toda la travesía, a Guillem por toda la ayuda prestada, que no fue poca, y a Brigitte por compartir el peso conmigo y por las canciones, que nos animaban. Brigitte has sido un gran descubrimiento, valiente y muy buena compañera, espero poder realizar muchas más simas contigo. Y muchas gracias a Fran y a Oscar por entrarnos los neoprenos.