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martes, 3 de marzo de 2020

Travesía Sima del Cueto-Coventosa

Esta aventura empieza con un whatsapp de Ionel (Espelo-Polaris Burgos) el lunes 3 de febrero, invitándome a realizar esta travesía, una de las clásicas de Cantabria, ¡en 10 días!. ¿Y cómo rechazar esta invitación, cuando llevamos hablando de hacerla un montón de tiempo y no habíamos podido coincidir? 
Así que lo organizo todo, y quedo con Brigitte (Club de Montaña Al Límite-Alameda), la otra compañera que sube desde Marbella; eso sí es tener ganas de ir a Cantabria, cruzándose la Península entera. Quedamos en Madrid, el viernes 14 de febrero a las 11:30h, ya que tenemos que estar antes de las 17h en Asón para que nos entren los neoprenos.
Llegando, paramos varias veces para realizar algunas fotografías de las vistas tan espectaculares que teníamos. Uno de los puntos elegidos fue el refugio de la Sía, a 1230 m de altitud, que se encuentra en la frontera de Castilla y León con Cantabria. Otro de los puntos que es imprescindible retratar y sobre todo contemplar es la cascada del Asón. 
 
1. Vistas desde el refugio de la Sía.

2. La cascada del Asón.
3. Rincones preciosos de Cantabria.

Continuamos el camino hasta el restaurante Coventosa, nuestro punto de encuentro con el resto de compañeros. Allí conocemos a Fran y Oskar, quienes nos entrarán los neoprenos, y nos juntamos con Ionel y Guillem (GESAP), que serán nuestros compañeros en este reto.
Tras una breve charla, organizamos los neoprenos en bolsas estancas, y Fran y Oskar se dirigen a cueva Coventosa a darse un bañito en las frías aguas para hacernos un enorme favor. El resto del grupo, tomamos algo en el bar, y organizamos el material para el día siguiente. Luego vamos a Arredondo a tomar algo y a esperarlos.

4.Grupo en el bar de Arredondo.

Nos volvemos al restaurante a cenar y descansar para el día siguiente.

El sábado 15, a las 8.30h estamos los 4 en el bar para desayunar. Tras unas buenas tostadas, nos disponemos a realizar los últimos preparativos. Ionel nos comenta que está buscando transporte para que nos suban en todoterreno y así ahorrarnos parte de la aproximación. Después de algún que otro despiste y de no conseguir transporte, dejamos el coche de Ionel en la boca de Coventosa y subimos con el mío hasta el parking, y de ahí comenzamos a caminar.

5. Acceso a Cueto.

6. Sima del Cueto.

Casi dos horas después llegamos a la boca de la sima del Cueto, comemos algo, nos equipamos y entramos a las 14h. Tras la Galería del Torno, de apenas 10 metros, se abre el impresionante Pozo Juhué de 302 m. Primero baja Ionel, instalando en doble, luego Brigitte, y a continuación desciendo seguida por Guillem.

7. Pasamanos de acceso al Pozo Juhué.
8. Pozo Juhué.

Guillem y yo somos los encargados de recuperar las cuerdas, y realizamos el procedimiento varias veces hasta llegar a la repisa de -196m. En este punto nos tomamos un pequeño respiro, recuperando fuerzas con un trozo de chocolate, gentileza de Brigitte, y continuamos con los rápeles recuperando cuerda, hasta el Pozo del Algodón, que está en fijo. Tras este, dos pocetes más de 7 y 8 m., también en fijo. Seguimos por el Pozo del Péndulo, instalado en fijo, y con una cuerda guía que nos deja en la cabecera del Pozo de la Muleta. Cabe resaltar que no hay que cogerse al cable puesto que está en mal estado. Tras este pozo realizamos un pequeño destrepe entre bloques, que nos deja en el P4 (en fijo)
Tras este descendemos un P28, pozo Juana de Arco, el pozo del Oso y un P9, en el que Ionel corta la cuerda de la cabecera al primer fraccionamiento por estar en mal estado, así que bajamos este primer tramo en recuperable.
Continuamos descendiendo los siguientes pozos, Pozo de la Marmita, Tubo de la Cola, y Pozo del Techo, también instalados en fijo y regados. Y como el resto de compañeros que han realizado esta travesía, nos encontramos con el gran bloque asegurado por cuerdas en la cabecera del Pozo del Tubo de la Cola. En este punto nos apartamos de la vertical para no mojarnos mientras vamos bajando uno tras otro por el Pozo del Techo. En el último fraccionamiento de este pozo Ionel decide cortar la cuerda que estaba en fijo debido a su deterioro y descendemos este rápel volado en recuperable, llegando a la base de los pozos en mitad de la Galería Juhué. Esta cuerda no podemos llevárnosla por no poder portear peso extra, así que la dejamos en la base de los pozos, pero el trozo de antes si lo sacamos.
Ascendemos a la parte alta de la galería, donde Ionel ya tiene el fuego en marcha para hacernos una sopa, que agradecemos tras más de 5 horas descendiendo los 580m. de pozos. Además de la sopa comemos parte del bocata que aún nos queda, organizamos las sacas con las cuerdas bajo, ya que no se vuelven a usar durante toda la travesía, y cogemos agua, aunque poca debido a que las botellas están tumbadas, pero Guillem las coloca bien para que el siguiente grupo pueda abastecerse de agua.

9. Base de los pozos.

Esta primera parte de la travesía discurre por un enorme caos de bloques, por medio del que hay un sendero muy marcado con abundantes reflectantes. Atravesamos la Sala de las Once Horas y la Galería del Chicarrón, y descendemos la rampa de piedra suelta de la Gran Pedrera, hasta llegar al Oasis, donde recogemos algo más de agua, que potabilizamos con las pastillas que lleva Guillem.

10. La Gran Pedrera.

Recorremos El Cañon observando sus abundantes formaciones, y llegamos al Pozo de la Navidad, que descendemos para llegar a la Galería de la Navidad, de suelo arenoso. A partir de aquí accedemos a la red intermedia, por la que avanzamos entre resaltes, desfondes y pasamanos, hasta llegar a la siguiente galería, de techo bajo, que atravesamos para llegar a la Galería de las Aristas. Tras esta galería descendemos un P16 (en fijo) que nos deja en la Sala Blanca, de bellas formaciones. A continuación debemos superar un P31 para llegar al Espeleódromo, donde podemos observar flores de calcita.

11. Flores de calcita.

Al llegar al Pozo de la Unión, lo superamos fácilmente remontando una cuerda fija y luego un pasamanos, que nos deja en una galería al otro lado del pozo, donde paramos a descansar y a comer algo. En esta parada la comida es variada, desde pasta a tan sólo un café, según las necesidades de cada uno. Ionel monta un punto caliente, por el que poco a poco pasamos todos, hasta que, a las 3 de la mañana, decidimos emprender el camino.
Ascendemos el R5 por la cuerda fija y entramos en la Galería de las Pequeñas Inglesas, donde se hace lento avanzar por el cansancio y por el trabajo que cuesta superar las galerías de techo bajo, estrecheces, desfondamientos, trepadas, pasos de bloques, en oposición, pasamanos, cuerdas con nudos...
Tras descender un P15 llegamos a la Galería de las Veraneantes, por la que avanzamos hasta que empieza a reducir sus dimensiones y notamos la corriente de aire. Al llegar a la Sala de la Turbina, la galería se convierte en una estrecha diaclasa, que se desfonda en varios puntos, donde encontraremos pasamanos en las zonas más anchas.
Tras esta galería entramos en una gatera donde el aire sopla, y seguimos la corriente hasta llegar al Agujero Soplador, por el que descendemos con el stop en el cabo largo, y es recomendable ponerlo en C para personas con peso ligero para descenderlo más cómodamente.
Al fin deja de soplar aire, y la sala que hay es preciosa, con formaciones y el suelo concrecionado, nos anclamos al pasamanos y descendemos las rampas por las cuerdas fijas.
Seguimos avanzando hasta el lago de la tirolina, donde dicha tirolina ya no está, pero en su lugar hay un pasamanos detrás de un gran bloque, por el que descendemos. Continuamos el camino atravesando varias cuerdas fijas, y otro caos de bloques donde buscamos el P11, que nos deja en la orilla del primero de los tres grandes lagos, donde nos ponemos los neoprenos.
Poco a poco y con ayuda del hilo guía vamos cruzando los lagos, aunque en algunos puntos está roto, pero es fácil avanzar, y en muchos puntos hacemos pie. Hay que tener cuidado con los bloques grandes sumergidos que se encuentran en mitad de los lagos. 
 
12. Final de los lagos.

Tras los lagos, avanzamos por el Gran Cañón de Coventosa, y atravesamos la zona de las Marmitas por el agua, aunque hay pasamanos.
Tras varios pasos con cuerdas fijas, nos encontramos la zona de La Playa y Los Gours, y al fin el pasamanos de cable de acero, que nos indica que estamos prácticamente en la calle.

13. El Gour.

Luego encontramos el sendero que asciende la rampa de más de 40 m de desnivel de la Sala del Declive, tras la que encontramos una cuerda fija de subida que nos deja en una galería ascendente de techo bajo, por la que avanzamos a gatas, hasta llegar a una pequeña rampa, donde encontramos una cuerda fija de bajada, y tras unos pocos pasos llegamos al último P10, instalado por nuestros compañeros, que ascendemos, no sin esfuerzo, y que nos deja en la rampa de salida por Coventosa, tras 24h de actividad, y dejando atrás los recuerdos de las bellas formaciones, del esfuerzo y del gran grupo que hemos formado.

14. Salida por Coventosa.

A lo largo de toda la travesía realizamos muchas paradas cortas, de pegar un bocado rápido y continuar, excepto las dos largas, una bajo de los pozos y la otra en el Pozo de la Unión.

15. Formación característica de esta travesía.
 
Gracias a Ionel por llevarnos a cumplir nuestros sueños y por cuidarnos tanto durante toda la travesía, a Guillem por toda la ayuda prestada, que no fue poca, y a Brigitte por compartir el peso conmigo y por las canciones, que nos animaban. Brigitte has sido un gran descubrimiento, valiente y muy buena compañera, espero poder realizar muchas más simas contigo. Y muchas gracias a Fran y a Oscar por entrarnos los neoprenos.