Avencó (La Vall
d’Ebo).
Otro fin de semana nos hemos vuelto a juntar con
nuestr@s amig@s mañ@s. Esta vez el escenario fueron las montañas de La Vall
d'Ebo, en Alicante. Nos alojamos en el encantador refugio de La Figuereta, del
centre excursionista de Pego. Iniciamos febrero con buena actividad y mejor compañía.
Sala escondida del Avencó.
El sábado visitamos l'Avencó, una cavidad con muchos
ramales y con rincones realmente sorprendentes. El acceso de unos 40 min. y con
desnivel ascendente nos hace entrar en calor rápidamente, aunque tampoco
tuvimos una mañana muy fresca para ser febrero. Hoy entramos en cavidad Marisa,
Lydie, Lee, Mariano, Gila y Luis. Jose y Laila por un imprevisto no nos pueden acompañar.
Foto de grupo.
Iniciamos la visita por la boca inferior para
descender por la vía directa hacia el fondo de la cavidad. Tras un primer pozo
de 13 m. con muchos fraccionamientos en su primera mitad, llegamos a una repisa
donde se abre un balcón a la sala de los Gigantes, por donde entra luz por las
otras 2 bocas de la sima. Pero nosotros continuamos por el lado opuesto al
balcón, descendiendo una vertical de 21 m. que nos deja en un pasamanos
instalado en fijo.
Sala de las
Maravillas.
Tanto desde el inicio del pasamanos, como de su
mitad, parten dos vías que nos llevaran a las salas de los bloques, los lagos y
de las maravillas, pero este sector lo visitaremos a la salida. Nosotros
superamos el pasamanos para continuar por un pozo de 10 m. Debajo nos
encontramos un paso estrecho llamado "pas del cau y mal paset", tras
el cual bajamos otro pozo de 14 m. En su base continuamos por una corta zona
horizontal que nos lleva a un estrecho resalte llamado "pas del
vent", que como el nombre indica presenta una suave corriente de aire. Y
todo seguido un incómodo pasamanos que nos acerca a la cabecera de un pozo
cilíndrico, pero de pequeña sección, de 22 m.
Sala del Gour.
En su base estamos ya en la planta inferior de la
cavidad. Ahora nos dirigimos hacia el oeste por una diaclasa donde se aprecia
claramente la dolomía que forma las paredes de la galería. Tras superar algunos
resaltes, y siempre en dirección oeste, llegamos a la sala del Gour, pequeña
pero bien adornada con espeleotemas diversos y un gour lleno de agua.
En un rincón de la Sala escondida
Volvemos sobre nuestros pasos, pero ahora al
encontrar el primer resalte ascendente, seguiremos por abajo. Superaremos un
paso de techo bajo y llegaremos a una amplia galería donde la continuación se
realiza bajando sobre una colada una rampa de 4 m. que se encontraba instalada
en fijo. Más adelante llegamos a la sala Ebo, decorada con una soberbia colada
de tonalidades diversas.
Sala Ebo.
En esta sala también existe un pocete que termina en culo de saco y cuya base estaba ocupada por un lago. Al norte de la sala podemos avanzar por zonas irregulares y decoradas con cristalizaciones hasta alcanzar un amplio pocete ocupado en su base por un bello lago. Al otro lado del pozo continúa la galería, pero para acceder a ella habría que equipar un flanqueo sobre el lago, o bien hacerlo desde otras galerías siguiendo otra de las múltiples vías que existen en esta cavidad.
Panorámica de la sala escondida.
Después de almorzar en la sala Ebo, y tomar medidas
de la concentración de oxígeno en el aire y temperatura (20,3 % de O2 y 18 °C);
Gila nos enseñó el tesoro de esta sima: la sala escondida. La llamaremos así,
porque no aparece en las topografías y además está un poco escondida, pues hay
que superar varias grimpadas, desgrimpadas, gateras e incluso una cuerda
ascendente para llegar a ella.
En la sala escondida existe una muy variada gama cromática.
La sala escondida es posiblemente la más grande de
las múltiples salas que hay en el Avencó. En ella el suelo aparece totalmente
concrecionado, mostrando una amplia y diversa gama de tonalidades en sus
espeleotemas. Hay un pequeño lago con cristalizaciones en su interior,
estalagmitas por toda la sala, destacando una de unos 2 metros de altura,
coladas de gran porte y muchas estalactitas cuelgan de sus techos. Muy
agradecidos a Gila por llevarnos a este precioso lugar.
Sala de los lagos.
Ya saliendo hacia el exterior, nos desviamos a
visitar otro de los exponentes de esta cavidad: las salas de los lagos y
maravillas. Para acceder a ellas montamos un pozo de 10 m. desde el inicio del
pasamanos situado bajo el P-21 antes mencionado. La primera sala está
concrecionada y da paso a otra ocupada por 2 lagos, uno amplio, de poca
profundidad y con el suelo negro, y otro más pequeño pero con una profundidad
superior a los 2 m. y un precioso color esmeralda.
Sala de las
Maravillas.
Pero para terminar nuestro recorrido por la sima,
nos queda la guinda al pastel: la sala maravillas. Se accede a ella por un paso
limitante, tras el cual aparece una galería con profusión de estalactitas y
estalagmitas. Esta galería va aumentando sus dimensiones para desembocar en una
amplia sala repleta de todo tipo de espeleotemas y con un bonito lago en su
zona final. Con este éxtasis final volvemos al exterior tras una bonita jornada
con buena compañía. Mariano ha sido el encargado de instalar la sima y de
desinstalarla casi al completo, hurra por él.
Pozo de entrada al Avenc Ample.
Tras la actividad venia la cena de hermandad, donde
celebramos el cumpleaños de Jose, el benjamín del grupo. El domingo visitamos
el Avenc Ample. Que decir que esta archiconocida cavidad que no se haya dicho
ya. Posiblemente, junto con la Llenca del Serrano, sea la cavidad más visitada
de toda la comunidad.
Sala CEG del Avenc Ample.
El ancho y espectacular pozaco, la gatera Bolta y la
fabulosa sala CEG con sus deleitantes espeleotemas hacen las delicias de todos
aquellos que se adentran en ella. Un ejemplo de espeleotemas subacuáticos son
los curiosos bastos.
Para terminar el fin de semana tuvimos la comida
final y las despedidas. Y ya, pensando en cuando y donde nos podemos volver a
juntar para otro finde de bondad.