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lunes, 25 de marzo de 2019

Avenc del Mas de la Cova (Cabanes)

Me gustaría con estas líneas poder transmitiros la emoción que supuso para mí la visita a esta hermosa cavidad porque en ella he realizado mi primera instalación de una vía. O al menos, despertar en los más veteranos el antiguo recuerdo de sus inicios.

Indudablemente no estaba solo, sino muy bien acompañado y aconsejado por quien casualmente fue mi maestra en el curso de iniciación, Carolina, que en todo momento tuvo y supo darme la confianza necesaria en un procedimiento no exento de riesgo.

Así pues, ahora comprendo mucho mejor lo que significa acarrear con “la pesada saca” y eso que la longitud de cuerda no era para nada excesivamente grande, ni los herrajes numerosos, ya que la profundidad del pozo no lo requería.

El domingo 24 amaneció con una ligera bruma que se agarraba a las cimas de la “Serra de La Ferradura”, lugar donde se ubica esta curiosa cavidad que se abre dentro de un abrigo natural donde se recogía antaño el ganado lanar. De resultas de este uso se construyó un “Mas” de tal forma que la hoy desobstruida cavidad quedaba dentro del edificio. Con el tiempo y el abandono la masía se derrumbó, pero actualmente está siendo reconstruida por un nuevo propietario. Cuando llegamos al lugar tuvimos la suerte de conocerlo, pues se encontraba en la propiedad, y tras una breve y amistosa charla nos concedió permiso para visitar la sima.

1. Equipo. 

El equipo lo conformaban Inés, Alejandro, Carolina y Quique. Hay que destacar que para Alejandro era la primera vez que participaba en una experiencia espeleológica y adelanto aquí que el resultado fue muy positivo, con lo que es muy probable que hayamos conseguido un nuevo adepto.

Carolina inicia la expedición, instalando la entrada a la sima y preparando las cabeceras de las dos vías que se van a instalar. Cuando todo está asegurado recorro la breve rampa que hay hasta el pozo, monto la cabecera, siguiendo sus indicaciones, y comenzamos juntos el descenso buscando el primer fraccionamiento. Carolina supervisa en todo momento el procedimiento y una vez superado continuamos del mismo modo hasta alcanzar el fondo.

2. Alejandro descendiendo. 

Se asegura una cuerda para descender la pronunciada rampa que nos llevará a lo más profundo de la cavidad y mientras Carolina remonta el pozo principal para acompañar a Alejandro, desciendo la rampa hasta llegar al primer remonte para dejar la cuerda preparada y vuelvo para reunirme con todo el equipo en la base del pozo.

Mientras tanto aprovecho para tomar alguna fotografía, pues abundan las formaciones en el interior de esta sima. La oquedad resulta de una fractura longitudinal de pocos metros de amplitud pero más de una decena de altura. En su interior podemos encontrar una columna donde se observa que la estalactita y estalagmita que la han formado se han desplazado varios centímetros una de otra, indicando el movimiento de uno de los laterales de la fractura.

3. Columna desplazada. 

Cuando todo el grupo se ha descolgado por el  pozo principal acometemos la visita al resto de la cavidad, asombrándonos por la profusión de coladas que adornan las altas paredes de la grieta, perdiéndose en la altura. También observamos una formación granulosa, que califico con mi novel formación espeleológica de “popcorn”.

4. Popcorn.

5. Visión cenital. 

Superamos dos remontes y un pasamanos para alcanzar el final de la fisura, y a nuestro paso hemos sacado de la oscuridad una amplia variedad de espeleotemas (banderas, helictitas, …) donde hemos inmortalizado el momento con algunas fotografías.

6. Banderas. 

7. Trasluz. 

8. Coladas. 

Tras un breve descanso, retomamos el camino para ascender de nuevo a la superficie. Esta vez los obstáculos se invierten, los remontes se tornan descensos y la pendiente una rampa que hay que superar con ayuda del puño.

Para acometer la vertical de salida, inicia el ascenso Inés. Le siguen Carolina y Alejandro, para brindar ayuda al novel espeleólogo y al mismo tiempo Carolina desinstala una de las dos vías. En último lugar, detrás de Alejandro asciendo, retirando el equipo que previamente había montado, y experimentando de primera mano el complejo y esforzado procedimiento que hay que llevar a cabo para acceder al subsuelo de nuestra tierra.

He comenzado intentando transmitir una emoción y quisiera acabar con una confesión. Está experiencia, sin ser un hito remarcable, hace que me sienta como si quien ha sido espectador pasara a formar parte del espectáculo.

Texto y fotografías realizadas por Quique.