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sábado, 23 de septiembre de 2017

Cueva de la Gándara (Agosto 2017)

El martes 15 de Agosto, después de un día de merecido descanso y de despedir a Hector en su vuelta a Castellón, el resto de grupo formado por Alexis, Carolina, Ferrán, Gila, Alberto y Miquel retomamos la actividad.
Descartamos realizar la travesía Torca de la Sima-Gándara por ser un grupo numeroso y por haber un descenso técnico en la ruta, por lo que nos decidimos a entrar por la cueva de la Gándara para poder disfrutarla y reconocer la parte final de la travesía Calígrafos-Gándara.
Aparcamos a escasos metros de la boca, junto a unos prados, y aparecen una pareja de perros (cachorros aún) y en un momento que nos descuidamos nos roban la cámara de fotos de Alberto, menos mal que no se la llevan muy lejos y podemos recuperarla intacta.

Los dos pequeños huyendo sin su botín.

Tras un corto ascenso llegamos a la pequeña boca, un paso desobstruido desde el interior de la cavidad, donde descendemos por un alto y empinado cono de derrubios.

Empinada rampa de entrada.

A pocos metros de la entrada aparece la Vira del Oso, donde un fácil pasamanos nos evita bajar el Pozo del Oso (P49).

Pasamanos de la Vira del Oso.

Tras este paso llegamos a la Galería de los Alisios donde nos toca subir y bajar una enorme rampa. La cavidad, que ya era grande, gana mucho más volumen llegando a la Sala del Fisco. Desviándonos a nuestra derecha siguiendo el camino balizado observamos el Pozo del Chorrillo, en el que un goteo constante forma un charco, con un pequeño agujero por donde desaparece el agua.

Lugar de gran belleza.

Volviendo a la Sala del Fisco y sin salirnos del camino balizado, nos dejamos la galería del Sifón para verla al salir, y nos dirigimos hacia el Delator, casi un kilómetro de tubería de presión de techo bajo o muy bajo que nos obliga a ir a gatas y que en su punto de acceso sopla una enorme cantidad de aire. Este paso hace unos bruscos cambios de dirección como si fueran una Z.

El Delator.

Cuando la sala se hace más alta nos dirigimos a la izquierda continuando por amplias y cómodas galerías, en este tramo hay un punto de conexión con la travesía Torca de la Sima-Gándara y que no fuimos capaces de encontrar. Lo que indica que estamos en un nivel inferior a -234 metros.

Galerías que preceden al P32.

Aquí la galería se convierte en un meandro estrecho con rampas resbaladizas en el que aparece un pozo a nuestra izquierda. Continuamos por unas gateras hasta llegar a un pasamanos que nos sitúa en la cabecera del P32. Hay que tener cuidado puesto que hay alguna repisa con bastantes piedras que pueden caer.
Una vez bajo de este pozo atravesamos unos resaltes equipados con cuerdas fijas y fáciles hasta llegar a la impresionante Sala del Ángel, tanto por sus increíbles dimensiones como por sus dos cascadas y por su desnivel.
Bajamos por rampas equipadas hasta situarnos delante de la gran cascada donde intentamos tomar varias fotografías pero la magnitud de la sala sumada a la condensación de agua nos impiden captar las asombrosas vistas.
Seguimos nuestro camino hasta llegar a la maravillosa salita de las excéntricas donde nos quedamos absortos con la complejidad de sus formaciones.
“No he visto una cosa más bonita en toda mi vida”, eso fue lo que pensamos todos al ver esta salita.   

Bellas y frágiles formaciones.

Infinita variedad de formaciones.

Foto de grupo en la salita de las excéntricas.

Excéntricas con apariencia de raíces.

Tras tomar un montón de fotografías y de quedarnos tumbados en el suelo admirando el techo un buen rato continuamos por un gran agujero soplador que nos lleva a una empinadísima rampa, la cuál nos sitúa en la enorme Galería de las Guirnaldas. Avanzamos por ella un tramo hasta que decidimos dar la vuelta y deshacer todo el camino andado, sin llegar hasta el Vivac 1, que era nuestra primera idea.  
Durante el camino de vuelta paramos a comer en el primer punto cómodo que encontramos tras superar todos los pasos equipados.

Detalle de formaciones antes del Delator.

Al regresar a la Sala del Fisco nos dirigimos a visitar la Galería del Sifón llegando a una cuerda ascendente que nos sitúa en una expuesta cornisa.
Al salir, como llovía y había asfalto, se nos hizo una demostración de footing.
Tras 11 horas de visita nos quedamos con ganas de volver a disfrutar de las extraordinarias formaciones de esta cavidad.

Grupo a la salida de la cavidad.

Fotos realizadas por Ferrán, Gila y Alberto.