Detalle de la ermita de San Bartolomé. |
Durante los
días de la semana santa de 2016 algunos compañeros del ESPELEO CLUB CASTELLÓ nos
desplazamos hasta el karst del cañón del Río Lobos, realizando algunas rutas de
senderismo y visitando 2 de las cavidades más significativas de las situadas en
el P.N. del cañón del Río Lobos.
Ermita de San Bartolomé. |
El jueves
santo por la tarde, tras el viaje hasta la zona, fuimos a localizar las bocas
de la sima del Carlista que teníamos planeado visitar el sábado. Desde la boca
de la cavidad nos acercamos hacia el Río Lobos, asomándonos al cañón desde la plataforma
superior, desde donde se tienen unas vistas espectaculares de la ermita de San Bartolomé
y la zona del colmenar de los frailes. En unos 10 minutos descendimos hasta le
ermita, donde visitamos las famosas ventanas formadas por la karstificación de
la roca calcárea, las cuevas de San Bartolomé (cueva mayor y cueva menos) y la
propia ermita. Se trata de un paraje verdaderamente magnifico.
Boca de la sima del Portillo. |
El viernes
santo, y junto a los compañeros de la UEC de Tortosa visitamos la sima del Portillo, situada dentro del
municipio de Hontoria del Pinar, en provincia de Burgos. Esta cavidad se inicia
con un pozo de unos 25 m. seguido de una rampa y un atlético pasamanos. A
continuación se avanza por un meandro excavado en calcáreas y cuyo nivel base
está constituido por materiales impermeables. Este meandro va variando sus
dimensiones, pero generalmente presenta un buen tamaño. Su formación se debe al
proceso de disolución y erosión producido por el agua que recorre sus galerías,
teniendo la cavidad un funcionamiento de drenaje de las aguas infiltradas desde
el exterior.
Tramo final del pasamanos. |
Durante el
cerca de un kilómetro de recorrido que realizamos por el meandro que constituye
el eje principal de la cavidad vamos salvando varios resaltes tanto ascendentes
como descendentes. El curso de agua que ha ido formando la cavidad durante
siglos transcurre ahora, en su mayor parte por un nivel inferior al que
avanzamos nosotros. Este nivel en muchos casos es impracticable a nivel humano,
pero en cambio, en algunos tramos se puede acceder a él y recorrer por cortos
espacios.En nuestra visita llegamos a los dos sifones finales.
Durante la
visita pudimos comprobar que la cavidad se encuentra en un buen estado de
conservación aun siendo una cavidad muy visitada. La única suciedad apreciable
son algunas manchas negras presentes en paredes y techos, producidas por los
carbureros, artefactos ya hoy día prácticamente en desuso para vanagloria del
colectivo espeleológico.
Cerca del sifón de la sima del Portillo. |
También
observamos una pequeña colonia de una veintena de quirópteros en hibernación en
el techo de la galería que precede al pasamanos. Estos se situaban unos 15 o 20
metros sobre el suelo de la galería por lo que no son molestados por los
espeleólogos.
Meandro con un pequeño lago. |
Otra
observación importante fue la localización de formaciones de yeso en las
primeras zonas del meandro que forma la cavidad. También en las paredes del
meandro pudimos deleitarnos con la observación de unas formaciones sobre las
areniscas que constituyen el nivel impermeable sobre el que circulan las aguas
de la cavidad. Estas formaciones, de formas redondeadas, pueden tener su origen
en la erosión diferencial producida por corrientes turbulentas sobre los
estratos de arenisca. Han sido observadas en otras cavidades de origen freático.
Formaciones de arenisca. |
Otras
formaciones curiosas observadas en un rincón de la sima fueron los pináculos
coraloides subacuáticos; estos se han formado en zonas que se encontraban
anegadas y que ahora al descender el nivel ocupado por el agua aparecen en las
paredes.
Meandro en la sima del Portillo. |
Ya por la
tarde, y tras la didáctica visita al mundo subterráneo nos acercamos a la
ermita de la virgen de la Cueva, en Hontoria del Pinar. Allí un breve paseo nos
acerca hasta un puente medieval y hasta lo alto de una pequeña colina desde
donde se tienen unas excelentes vistas de la localidad.
Ermita de San Bartolomé. |
Luis Almela
ESPELEO
CLUB CASTELLÓ