Rincón plagado de fistulosas en la Balma Quartò.
Estas Pascuas hemos estado en la Isla de Mallorca, una desconocida para todos nosotros. Las actividades han sido muy diversas. Hemos conocido un poquito la isla, porque allí hay mucho que ver y muchas posibilidades en cuanto a actividades.
El jueves por la tarde nos encontramos todo el grupo en Valencia para hacer camino hacia el puerto y embarcar. El equipo estaba formado por el Club de Espeleología Ocho, pero esta vez más internacional, con nuestra amiga Tekla de Hungría y los de siempre David, Vanesa, Rebeca, Hugo, Aitana, Miguel, Ismael y Luis. Pasamos la noche navegando, una forma diferente de viajar para nosotros. Ya el viernes por la mañana desembarcamos en Palma.
Grandes espacios en la Balma Quartò.
La actividad del viernes con niños fue de lo más variada. Partimos andando desde Cala Romántica por un pinar, donde nos encontramos varios ejemplares de tortugas. La primera parada fue en Balma Quartò. La cavidad se abre en forma de abrigo o balma. En un rincón de la balma un paso estrecho nos lleva a una gran sala que constituye esta cueva. Múltiples espeleotemas decoran la gran sala. Sobre todo destacan los largos macarrones y las grandes columnas y coladas de la parte superior. Es una cavidad sencilla, apta para hacer con niños, como todas las que visitamos durante esta primera jornada.
Estética arco de roca en la escarpada costa mallorquina.
Después continuamos nuestra ruta por el interior del pinar, pasando por la boca de la Cova des Xots y posteriormente por la boca de la Cova des Pont, una de las entradas al importante sistema subterráneo Pirata - Pont - Piqueta, que con 8,6 km. constituye una de las grandes cavidades de les illes Pitiüses.
Cova de Cala Falcó.
Luego nos dirigimos hacia el mar, alcanzándolo en la cala Falcó. Aquí, junto al mar se abre la amplia boca de la siguiente cavidad a visitar: la Cova de Cala Falcó. Esta cavidad consta de tres salas con algunos pequeños lagos. En la segunda sala existe un lago en una zona de techo bajo que nos obliga a pasar por dentro del agua para poder continuar. La tercera sala ofrece bonitos espeleotemas y un pequeño lago donde refrescarse.
La Cova de Cala Varques nos sorprendió.
Continuamos nuestra ruta junto al mar pasando por encima de la gran boca de la Cova des Coloms, donde vimos la instalación de la cabecera del rápel para acceder a la cavidad, aunque también se puede acceder nadando desde Cala Falcó. Llegamos a un pequeña cala rocosa: Caló blanc, donde existe un arco de roca de grandes dimensiones y donde habían escaladores practicando psicobloque. Más adelante llegamos Cala Varques. Aquí visitamos la tercera cueva del día: Cova de Cala Varques ACD, nosotros entramos por la boca A. Las bocas A, C y D están comunicadas por galerías subacuáticas.
Amplio lago en la Cova de Cala Varques.
De esta no llevábamos la topografía y no contábamos con su visita, pero nos sorprendió, ya que es la más bonita de las que visitamos en esta jornada. Tras una primera galería llegamos a un paso estrecho a la izquierda. Este da paso a una sala bastante caótica donde tenemos 2 rutas para llegar a la sala final. Si vamos por la izquierda llegamos a la altura de un lago con espeleotemas y por una zona alta llegamos a un lago más amplio. Si desde la primera sala tomamos la ruta de la derecha subiremos a un balcón desde donde llegaremos al lago grande por arriba, de tal manera que tendremos una visión magnífica sobre el lago. Algunos de nosotros hicimos snorkel en los dos lagos de la cavidad.
Lago de la Cova de Sa Tortuga.
Desde aquí subimos hacia el pinar para buscar en hundimiento donde se encuentra la boca de la Cova de Sa Tortuga. Esta tiene una entrada estrecha, donde destrepamos por una diaclasa. Luego avanzamos por una rampa de material inestable para alcanzar un paso de techo bajo junto un pequeño lago con espeleotemas subacuáticos. Tras ello se abre una gran sala cubierta en gran parte por un enorme y bello lago subterráneo. En la zona no inundada existen grandes estalagmitas y columnas, y también macarrones, formando un bonito rincón. Estamos un ratito deleitándonos con la vista al lago. Al salir de esta cavidad volvimos ya hacia Cala Romántica, pasando de nuevo por Cala Falcó y volviendo luego por arriba de los acantilados sobre el mar. En total la actividad duró unas 8 horas y media.
Impresionante rincón en la Cova de Sa Tortuga.
El sábado visitamos la Cova de Cornavaques, en la Serra de Tramuntana. El acceso es bastante duro, ya que se salvan más de 300 m. de desnivel campo a través, por encima de un lapiaz. Así ya llegamos calientes a la boca de la cavidad. Nada más cruzar la boca, una galería descendente donde ya hacen su aparición grandes columnas y coladas, nos lleva a una barrera de concreciones que habrá que superar mediante una escalada que cuenta con cuerda fija.
Primer pozo de 5 metro en la Cova de Cornavaques.
Hasta aquí los espeleotemas se encuentran secos y en estado fósil, pero una vez superada la ventana existente sobre la escalada, la cavidad gana humedad y por tanto belleza. Tras la ventana, un pozo de unos 5 metros nos deja en el inicio de una galería que poco a poco va aumentando su tamaño. Aquí los espeleotemas lo cubren todo: coladas, columnas, estalagmitas, estalactitas, gours, suelos estalagmiticos, paletas, fistulosas, excéntricas... Los techos, en cambio presentan cúpulas y muestran vestigios del carácter freático que adquirió la cueva en sus fases primitivas. Encontramos algunos desfondados que llevan a pequeñas estancias inferiores y también en varios lugares la galería queda separada en dos por grandes masas estalagmiticas.
Miguel en la primera sala de grandes dimensiones.
Así alcanzamos una primera sala de notables dimensiones, donde destaca una gran colada y una paleta situada en la pared izquierda. Desde esta aun llegamos a otra sala más grande y más bonita que la anterior. En esta última encontramos las singulares raíces calcificadas que llegan desde el techo hasta el suelo de sala. Esta sala está repleta de grandes espeleotemas. En sus paredes se aprecian grandes acanaladuras horizontales que muestran antiguos paleoniveles. Al fondo de esta sala, una cuerda fija nos ayuda a subir una rampa. Desde arriba de la rampa se abre un nueva bajada en rampa hacia un embudo que da paso a un pozo de 18 m. Esta vertical aterriza sobre un gour lleno de agua. En la parte baja de esta sala encontramos unos singulares espeleotemas epifreaticos, en cambio si subimos la rampa llegamos a una gran sala con el suelo cubierto de barro.
Raíces calcificadas tan características de esta cavidad.
En toda esta zona bajo el P-18 la humedad es mayor que en zonas anteriores, por lo que el suelo ocupado por barro va a ser la tónica general. No obstante, aunque no esté tan recargada de formaciones como las salas anteriores, presenta las paredes y los techos cubiertos de diversas formaciones litoquímicas y grandes masa estalagmiticas. Al final de esta sala aparece una amplia galería en dirección oeste con la misma tónica que el resto de la cavidad y con mucho barro. Desde ella todavía podremos bajar a una última sala donde destacan unas largas fistulosas que en algún caso llegan a formar columnas. También abundan las excéntricas y en un rincón donde existe un pequeño lago encontramos un libro de firmas, pero en el que no pudimos firmar ya que no hay ningún lápiz o boli.
Sala final de la Cova de Cornavaques.
Regresamos al exterior tras llegar al final de esta bella cavidad que ha superado con creces nuestras expectativas. Para regresar al aparcamiento lo haremos por un torrente que tiene múltiples resaltes y dos rapeles equipados, de 10 y 25 metros. Una buena forma de completar esta visita subterránea.
La sala mas espectacular de la Cova de Cornavaques.
El domingo teníamos el plato fuerte: la integral del Torrent de Sa Fosca. Esto es entrar por el torrent del Gorg blau, que en su parte final se conoce como el torrent de Sa Fosca ya que su cauce queda totalmente oscuro como si de una cueva se tratara, y una ver finalizado continuar por el torrent de Pareis hasta alcanzar el Mar Mediterráneo en la cala de Sa Calobra.
El equipo al inicio del Torrent del Gorg blau.
Dejamos un vehículo en el parquin de pago de Sa Calobra y el otro, arriba, en el parquin junto al acueducto d'Escorça. Y desde el acueducto partimos una corta aproximación de tan solo 10 minutos hasta las ruinas de una antigua estación de producción eléctrica. En este punto ya entramos en el cauce de Torrent del Gorg blau, todavía seco. A los 5 minutos encontramos en primer rapel, muy corto. Tras caminar unos 20 minutos llegamos a zonas de marmitas con agua, las primeras las esquivamos, pero llega un momento en el que decidimos comer y ponernos el neopreno.
Torrent del Gorg blau, zona secas.
Ya con el neopreno, bajamos el segundo rapel que cae en una poza donde ya toca nadar. Así vamos alternando zonas con agua y zonas secas, donde el agua se filtra y encontramos las pozas secas. Los rapeles no superan los 15 metros y poco a poco el barranco se va engorgando y cerrando cada vez mas. En el segundo rapel de 15 metros nos metemos en una gorga muy bien formada que nos acompañara prácticamente todo el barranco.
Zona de pozas en el Torrent del Gorg blau.
Así, vamos alternando rapeles con pozas donde hay que nadar, rapeles que se pueden destrepar y zonas secas. Esta zona es realmente bonita. Disfrutamos mucho de este sector, ya que tampoco ninguno de nosotros estamos muy habituados a practicar el descenso de cañones. Pasamos por un bonito arco de roca sobre una larga poza. Más adelante tras un rapel de 12 metros con pasamanos de aproximación y una larga poza llegamos al escape del pas del duro. Aquí nos dividimos, ya que algunos integrantes del grupo deciden salir por aquí. Tres de nosotros continuaremos el descenso y otros tres remontaran los 200 metros de cuerdas fijas que llevan a la carretera y al parquin superior del acueducto.
El torrente se va encañonando y cada vez penetra menos luz del exterior.
Los que continuamos el descenso entramos en la segunda mitad del descenso, que es la parte mas estética. Aquí ya encontramos algún rápel que llega hasta los 20 metros, que es la longitud del rapel más largo. Nada mas despedirnos de nuestros compañeros bajamos un estético rapel de 18 metros. Luego se van sucediendo rapeles y largas badinas donde hay que nadar, y también algún salto y un tobogán. Esta zona es muy estética, donde progresamos por un estrecho y profundo cañón, donde a medida que avanzamos va disminuyendo la luz que entra del exterior. En este sector es donde bajamos el rápel mas largo de toda la jornada, de 20 m.
Torrent de Sa Fosca, donde la oscuridad es absoluta.
Un poco más adelante, otro rapel de 18 metros con pasamanos recuperable nos deja en la zona denominada Sa Fosca, zona totalmente oscura donde será imprescindible el uso de nuestros frontales. Aunque parece que avancemos por una cueva en algún punto vemos muy a lo lejos sobre nuestras cabezas algún tragaluz por donde entra algún resplandor de luz. Esta es la zona más bonita del barranco. Se trata de un estrecho cañón donde se alternan pequeños rapeles, alguno saltable, con zona inundadas donde nadamos e incluso algún sifón opcional. Es curioso un bidón de metal que está incrustado entre las paredes del cañón y que tenemos que pasar por encima de él para progresar, y que por su aspecto debe llevar décadas allí incrustado.
El tramo de Sa Fosca es sin duda el más atractivo.
Ya tocando al final del barranco comienza poco a poco a entrar la luz exterior, en un sitio donde parece que estemos saliendo por una gran boca de una surgencia. A partir de aquí encontramos en cauce seco y se amplía el cañón. Tras superar 3 rapeles enrampados salimos del cañón y enseguida llegamos al cruce con otro gran cañón de una anchura mucho mayor, se trata del torrent de Pareis, del cual el torrent del Gorg blau es tributario. Aquí hemos terminado la parte deportiva del descenso. Nos quitamos el arnés y el neopreno.
El famoso bidón empotrado entre las paredes de Sa Fosca.
Ahora nos quedan un par de horas más hasta llegar al Mediterráneo. En el cruce tomamos el ramal izquierdo, que es el que avanza rio abajo. Pronto comenzamos a encontrar gigantescos bloques que hay que superar mediante resaltes, algunos bastante expuestos. Además de las horas de actividad, nuestros petates con las cuerdas y demás material mojado pesa más que esta mañana. Esta zona puede hacerse dura y muy larga si llegamos muy cansados. Nosotros tras una hora tuvimos que encender los frontales de nuevo, ya que la noche le gano el pulso al día. Todo el torrent de Pareis es una auténtica pista americana, con continuos destrepes. Finalmente llegamos, ya de noche a la cala de Sa Calobra, una estrecha playa entre dos paredones calizos nos dan la bienvenida. Aquí es obligado un baño para celebrar el final de esta gran actividad, es el broche de oro. Aun nos resta cruzar el túnel pedestre excavado en la roca que nos lleva a la turística playa de Sa Calobra, donde tenemos aparcado en vehículo y a nuestros compañeros esperando.
El nus de Sa corbata es la curva más famosa de una de las carreteras más bonitas de Europa.
El lunes de Pascua lo dedicamos a una actividad más tranquila. Nos despertamos en una de las carreteras más bonitas de toda Europa, en la carretera que baja hasta Sa Calobra, famosa porque ha aparecido en películas, documentales y anuncios televisivos, y también paraíso ciclista. Luego nos desplazamos hasta la zona del Cap Formentor para realizar una pequeña ruta por una sencilla cresta y bañarnos en una preciosa cala.
Ruta por el crestall de ses Artiges.
Dejamos el coche aparcado junto a la carretera que se dirige al Cap Formentor, un poco antes de llegar al aparcamiento de Cala Figuera, en una zona denominada Pla de ses Arenes. Desde allí subimos primero por pista, pero luego campo a través junto al Torrent des Porcs. Siempre en ascenso hasta hollar la cumbre del Puig de ses Aritges (325 m). Desde allí se tienen unas magníficas vistas del mar y de las afiladas cumbres que salpican esta zona.
En baño en Cala Figuera no podía faltar.
Continuamos por el crestall de ses Artiges deleitándonos del panorama a ambos lados de la cresta. Luego, al llegar a una collada que separa esta cresta del Puig del Morro de Catalunya, bajamos por un sendero hacia la Cala Figuera. En esta bucólica cala algunos nos dimos un baño, pagamos un bocado y descansamos tras estos intensos días por la isla de Mallorca. Luego volvimos hacia el coche por el camí de Cala Figuera hasta el Pla de ses Arenes.
Por la zona del mirador des Colomer.
De vuelta todavía paramos en el Mirador des Colomer o d'En Parietti. Es una parada turística, y nosotros para no ser tan “guiris” fuimos a otro extremo del impresionante paredón, donde se está más tranquila y las vistas son también de cien. Unas compras para la familia y a celebrar la ultima cena en la isla. Y aquí termina esta aventura.
Volviendo a la península con la “mochila” cargada de experiencias.