martes, 16 de diciembre de 2025

Torca del Carlista (Karrantza, Bizkaia)

Cavidad increíble que no nos importa volver a visitar. Increíbles las enormes dimensiones de su gran sala, la más grande de Europa, dicen. Increíble el pozo volado de casi 90 m. que cae por en medio de la gran sala. Increíbles los espeleotemas que abundan por doquier y que emborrachan por su nunca terminar. Increíble la compañía para esta visita. Y también increíble la cara que se le quedó a Joel al descubrir el sifón terminal, ¡Ji ji ji!

Luis en un bello rincón de la sala Aranzadi.


Pues eso, que visitamos otra vez la famosa Torca del Carlista, y otra vez más salimos más que satisfechos. Esto fue este verano, durante nuestra gira por el norte. El equipo formado por Joel, Mikel, Lee y Luis se dispuso a preparar las cuerdas: una bobina de 100 y otra de 200 m. a estrenar. Después de ello, y de un bocado, tocaba subir la empinada cuesta hasta la boca, en medio de un afilado lapiaz.

En la boca a prepararse y para abajo. Hay otro grupo en cavidad, pero intentaremos utilizar lo mínimo "sus" anclajes. Luis instala una vía desde la boca hasta abajo del volado, y Lee instala otra segunda vía en el volado. El tramo final, sin palabras, es todo enorme. Para Mikel es su primera gran vertical volada, y lo ha flipado.

Lee en la gran sala Jon Arana.


Una vez debajo del pozo nos quitamos los equipos y comienza el recorrido por la gran sala Jon Arana. Estamos en la parte más alta de una enorme sala con fuerte pendiente. Vemos muchos grandes bloques por doquier. A medida que vamos bajando, parece que estemos descendiendo de una montaña pirenaica. Espeleotemas gigantescos van apareciendo entre los bloques, en muchos casos enmascarándolos. Al acercarnos a las paredes de la sala hacen su aparición otras formaciones de menor tamaño, pero no menos bellas.

Columna en la zona inferior de la gran sala Jon Arana.


En la parte baja de la sala Jon Arana, o Sala G.E. Vizcaíno, unos pasos entre espeleotemas y unos destrepes, nos llevan a unas galerías descendentes. Tras bajar varias rampas y resaltes, alguno de ellos con alguna cuerda fija para ayudarnos, aparecemos en otra gigantesca sala: la sala M. Iradier. Nosotros buscamos en el extremo sureste de esta sala una galería muy concrecionada. Las paradas son continuas para fotografiar muchos de sus rincones, otros detalles los guardaremos en la retina.

Mikel en la zona inferior de la sala Jon Arana, o Sala G.E. Vizcaíno.


Esta galería nos deja en otra sala enorme: la sala Aranzadi. Aquí se nos sigue cayendo la baba con tanto espeleotema, tanta excéntrica, tanta columna, tanta estalagmita, tanta colada, tanta estalactita, tanta fistulosa, tantos cristales... Perdemos la noción del tiempo embelesados con la belleza de cada rincón de la sala. Pero finalmente en un atisbo de raciocinio decidimos volver sobre nuestros pasos.

Joel en la sala Aranzadi.


De nuevo en la sala Iradier, Joel y Luis tienen curiosidad por llegar al sifón terminal, pero Lee y Mikel irán saliendo para evitar esperas en el pozo de salida. La sala Iradier también tiene rincones bonitos, pero vamos tan emborrachados de espeleotemas, que casi no nos sorprenden ya. Al final de la sala entramos por un pórtico que queda en alto y da paso a otras bellas galerías que descienden hacia la máxima profundidad de la cavidad.

Sala Aranzadi, repleta de espeleotemas.


Aún nos queda por superar un pozo que nos han dejado instalado los compañeros del otro grupo que estaban en la torca. Aún así, no llevamos arnés. Pero con delicadeza descendemos este último obstáculo para llegar al famoso sifón terminal de Carlista. Joel esperaba encontrarse con un bucólico sifón, pero resulto llegar a este icónico lugar que veis en la foto de abajo. Je je je!!

Foto de rigor y hacia el exterior. Al llegar a la base del P-152, Lee y Mikel están terminando de subir la parte volada. Luego subimos Luis y Joel desinstalando. Llegamos al exterior todavía con las luces del atardecer iluminando la bahía de Santoña. En definitiva, una buena jornada en esta clásica cavidad.

Sifón terminal del Carlista.