El conocimiento de las cavernas, es por tanto, un estudio rigurosamente científico que requiere, además, una especialización, y todo aquel que no practique una de estas ciencias no puede llamarse espeleologo, aunque haya visitado centenares de cavernas...
El espeleológo, para ser tal, no ha de limitarse a visitar una caverna; es preciso que saque de su visita observaciones capaces de hacer progresar la Espeleología.
Los que han pretendido divulgar un deporte espeleológico son aquellos que no pudiendo se espeleologos, por no permitirselo su formación, intentan satisfacer su vanidad sembrando el confusionismo y pretendiendo identificar un "record" con un descubrimiento científico.
Este confusionismo está amenazando constantemente el progreso de la Espeleología, puesto que las personas no advertidas caen evidentemente en él, y aquellas de criterio elevado y selecto, rechazan evidentemente toda intervención de actividades meramente deportivas...
Noel Llopis (1954)
