domingo, 11 de noviembre de 2018

COVA DE LA ROCA DEL MORRALÀS (LLUCENA)

Roca del Morralàs

Recientemente visitamos la Cova de la Roca del Morralàs, cavidad ubicada al este de la población y muy próxima al gran espolón rocoso que forma la roca del Morralàs, visible desde el tramo de carretera que une las poblaciones de Figueroles y Llucena. La pista que asciende al mas de la Parra pasa justo por debajo de este característico accidente geográfico. 

Uno de los objetivos de la visita era situar correctamente la boca de la cavidad, con la ayuda de uno de sus primeros exploradores a nivel espeleológico, pues la cavidad ya era conocida en otros periodos históricos, tal como se muestra en la bibliografía existente de esta cueva.

Boca de la cavidad

La boca se localizó con facilidad, ubicándose ésta en un pequeño afloramiento rocoso ubicada a unos 80 metros del Morralàs, dominando el barranc de les Parres y parte del valle que forma el riu Llucena. Uno de los aspectos anotados por sus primeros exploradores, es la presencia de corrientes de aire que indican la existencia de una entrada o grieta inferior generando de este modo las circulaciones de aire registradas a lo largo del tiempo. Con 6ºC en el exterior, la cavidad expulsaba aire, dejando las zonas inmediatas a la entrada con manchas de agua producto de las condensaciones formadas en sus zonas altas.
Pequeño conducto formado por disolución.

Una de las cosas que nos llama la atención en esta cueva son sus morfologias de disolución y corrosion producto de un antiguo conducto de drenaje. Estas ocupan un tramo de una de sus galerías, siendo el resto de la cavidad de origen tectónico y posterior a la formación de esta galería de drenaje. El tramo donde detectamos el conducto de disolución tendrá unos 15 metros de recorrido y es atravesado transversalmente por algunas pequeñas fracturas. En un punto determinado, en el comienzo de la galería más amplia, las formas de disolución desaparecen y destaca una holgada galería tectónica, con un nivel inferior y otras que la cortan transversalmente. En una zona de la galería de disolución se aprecia un nivel de sedimentación con diferentes terrazas de concreción que se intercalan.- Este fenómeno también es muy común en estos conductos de drenaje, que al formarse por corrientes de agua, van arrastrando sedimentos que depositan en el lecho de la galería. En el contexto de la cavidad, esta galería formada por disolución puede resultar un poco extraña, pues se emplaza en la parte superior de un espolón rocoso, muy alejado de los cauces fluviales actuales, por lo que nos podemos hacer una idea de todo lo que ha podido cambiar el entorno desde que se formó la galería hasta la actualidad.
Tramo de galería: en rojo, fractura, en blanco sección del conducto formado por disolución.

Los procesos tectónicos han tenido lugar en fracturas que se cruzan en ángulos de 90º y que, tras visitar la cueva pudimos reconocer en fracturaciones exteriores del terreno y sacar la conclusión que el espacio que ocupan las galerias de la cueva se limitan a un aflorameinto rocoso muy local que ocupa un espacio aproximado de 20 x 30 metros, por lo que parecería poco probable que la fracturación alcanzase la vecina Roca del Morralàs, como se apuntaba en sus observaciones climáticas de la década de 1980.
Topografía de la cueva con algunas modificaciones y explicación de sus diferentes morfologías.

Se trata de una cavidad de cómoda exploración, con algunos resaltes que destrepándolos alcanzamos los niveles inferiores. Es es estos niveles inferiores y en el final de una estrecha fractura es donde notamos la corriente de aire, proveniénte del extremo suroeste de la cavidad. Todavía queda pendiente localizar la entrada inferiorque es la que produce la circulación de la corriente de aire.

Terrazas de concreción que recubren sedimentos, actualmente quedan al descubierto.