lunes, 21 de enero de 2019

Cantabria 2018: Gándara, Txomin IV, Calígrafos, Fuentemolinos, Vallina, Covanegra, Crucero-Calaca y Coventosa.


El sábado 25 de agosto, Alexis llega a Arredondo, y se une a Lucia, Alberto, Gila y Héctor, que llevan unos días allí. 

1. Equipo al completo antes de entrar en la Cueva de la Gándara.

Entramos por la cueva de la Gándara, al llegar al pasamanos de la Vira del Oso descendemos por el pozo del Oso (P49), llegando a la galería de los Tentáculos, de enormes dimensiones por la cual progresamos en dirección oeste pasando enfrente de una bonita cascada. Nos mantenemos pegados a la pared izquierda de esta gran galería hasta llegar a una gatera descendente que desemboca en un laminador de unos 30 metros, algo estrecho, y llegamos a la galería de los Menires. Nos dirigimos en dirección este. Justo antes del final de esta sala, a nuestra derecha, comienza una trepada entre grandes bloques que nos lleva a la parte alta de la sala del colector del Gándara. Desde este punto descendemos entre grandes bloques siguiendo un camino de hitos hasta llegar al río. 

2. Detalle de bonitas formaciones del interior de la Cueva de la Gándara.

Buscamos la conexión con la sala del Ángel por el río de los Tulipames que parece lo más evidente, puesto que de este acceso no hay descripción y tan sólo tenemos la topografía, con poco detalle. Para nuestra decepción el camino se vuelve estrecho y muy revuelto, por lo que decidimos regresar a la sala del río, donde comemos y emprendemos el camino hacia el exterior sobre nuestros pasos.


El domingo 26 de agosto, Alexis, Juanito (del Espelo-Polaris Burgos), Bea (del grupo de espeleología Niphargus), Lucia, Alberto, Gila y Héctor visitan la sima Txomin IV, en Sangrices (Vizcaya, País Vasco).  
Nuestro nuevo compañero, Juanito, nos invita a descender hasta la sala blanca de la Txomin IV, ya que la tenían instalada para realizar un reportaje fotográfico.

3. Foto de grupo antes de entrar a la Sima Txomin IV. 

Nos adentramos por las galerías de la bocamina del Cuco recorriendo sus galerías, y en poco más de 10 minutos llegamos a un tubo ascendente que desemboca en un enorme volumen, el Soplao IV de la mina Txomin. En este punto comienza un pasamanos sobre la cabecera de un descomunal P235. Al final de este pasamanos descendemos un P20, tras el cual tomamos una rampa que desemboca en el extraordinario P110. Este pozo es de gran belleza por sus enormes dimensiones, y es muy sencillo progresar por él ya que está muy fraccionado.
Una vez en la base del pozo nos acercamos a ver el P235 desde nuestro nivel, al que aún le quedan un centenar de metros para llegar a su base.
En dirección contraria, buscamos la conexión a la sala Blanca mediante un P18 y algunos pasos un tanto estrechos. Una vez pasados estos puntos estrechos aparecen ante nosotros formaciones de color blanco, y tras un pequeño resalte nos aparece una enorme sala de gran belleza. Recorremos esta sala observando todos sus rincones, pero siguiendo las huellas de nuestros compañeros anteriores, puesto que si cada uno progresa por donde quiere con los pies llenos de barro, tardará poco tiempo en dejar de ser la Sala Blanca, cosa en la que nuestra compañera Bea hizo mucho hincapié.

4. Formaciones en el interior de la Sima Txomin IV.

Después de comer y tomar muchísimas fotografías, emprendemos el duro camino de vuelta ascendiendo los 174 metros que nos separan del exterior.


El lunes 27 de agosto, Alexis, Alberto y Gila visitan la cueva de Calígrafos, para reconocer una parte del a travesía Calígrafos-Gándara. Desde Arredondo, cruzamos el portillo de la Sía, y al llegar a lo alto del portillo de Lunada cogemos una senda por la que atravesamos el collado de Bustalviente, descendemos por la cara norte hasta encontrar unas sendas de animales poco marcadas que, más o menos, nos llevan hasta este gran abrigo en el que se encuentra la boca de la cavidad.

5. Larga gatera de Calígrafos.

Comenzamos un sinuoso camino, que no es otra cosa que una gatera en rampa con suelo de barro de casi 2 km, en la que en muy pocos lugares te puedes incorporar o poner de pie, de aquí su nombre, galería del Lagarto.

6. Rincones bellos de Calígrafos.

Llegamos por este tubo hasta una sala en al que la topografía marca un R4 y debería haber una cuerda, pero no la encontramos, y tan sólo Gila lo desciende. A partir de este punto emprendemos el tortuoso camino por una gatera ascendiendo unos 300 metros de desnivel.  

7. Precioso mar de nubes con el que nos deleitamos al salir de Calígrafos.
  

El martes 28 Alexis, Carolina, Alberto, Gila, Héctor, Lucia, Mike y Carlos, acompañados de Juanito y Natalia, guía conservadora de Beloaventura, visitamos la cueva Fuente molinos, en Puras de Villafranca (Burgos).   
Como la cueva está repleta de formaciones y el agua del río que hay en su interior se recoge para consumo humano, la cavidad está regulada por la empresa Beloaventura, por lo que hay que ponerse en contacto con ellos para visitarla.
Nosotros emprendemos camino bien temprano desde Arredondo, aunque el camino es largo, todos pensamos que vale la pena recorrer el trayecto por ver los tesoros que nos esperan. Nos unimos a Juanito en Burgos y a Natalia en Belorado.
Una vez llegamos, nos muestran el museo minero que hay y nos prestan botas de agua, muy prácticas, puesto que en esta cueva de conglomerado calizo discurre un río subterráneo de 1800 metros.
La entrada a la cavidad es una pequeña gatera de unos 7 metros, que nos deja en una amplia sala con una cascada, la cual sorteamos mediante un pasamanos. Y entramos en un pequeño túnel denominado Tubo de los Concejales, donde nos damos cuenta de la importancia de las botas de agua. Al final de éste, nos encontramos en una amplia galería con el suelo de canto rodado y el pequeño riachuelo corriendo a nuestros pies.

8. Foto de grupo en el río de Fuente molinos.

En esta cavidad se hacen visitas guiadas a gente sin experiencia solo de la parte más fácil, pero hoy, dado que somos un grupo de espeleólogos, vamos a ver la cavidad al completo.
Seguimos río arriba por una cómoda galería, observando alguna curiosa formación, hasta que nos encontramos una cuerda fija que baja de una zona alta del techo, Natalia nos explica que es por donde bajaremos al finalizar toda la visita. Seguimos por el río hasta llegar a un caos de bloques por donde se puede subir por una cuerda hasta el primer piso, pero no sin antes acabar de mirar todo el nivel del río, pues al pasar entre los bloques, aún queda mucho nivel inferior por recorrer. Pero poco a poco esta galería del nivel inferior se va haciendo más pequeña dificultando el paso, hasta que el río se sifona.
Ya visto todo el nivel inferior, volvemos a la cuerda para comenzar la ascensión. Llegamos a un nivel intermedio, en el que progresamos por un pasamanos, pues hay muchos desfondamientos por los que caeríamos al río, ya que este nivel se comunica con el inferior en varios puntos. A mitad del recorrido de este segundo piso, llegamos a una galería fósil, en la que observamos un enorme gour, ahora seco. Continuando por el pasamanos entre muchísimas formaciones, llegamos a otra cuerda ascendente, la cual nos lleva al tercer y más espectacular nivel debido a la cantidad de formaciones que alberga.

9. Tercer nivel de Fuente molinos.
Ya en el tercer nivel, llegamos, a través de formaciones y pasamanos, a una sala, en la que los chicos de BeloAventura, tienen montado un vivac. Decidimos comer y tomar algo calentito, pues es una cavidad muy húmeda y fría. Desde esta sala accedemos, ya sin equipo, a través de una ventanita a otra sala que parece de otro mundo. Recorremos una larguísima galería, dos niveles por encima del río, llena de lagos, coladas, paredes repletas de aragonitos blancos. 

10. Lago en el tercer nivel de Fuente molinos.

Toda esta zona está balizada, pues todo es blanco y sumamente delicado. Nuestro camino se acaba al llegar a una enorme colada que cierra por completo la cavidad.
Después de recorrer la cueva al completo y observar su infinidad de formaciones, buscamos el punto en el que está montada la primera cuerda que vimos al entrar y descendemos en un momento hasta el río, a pocos metros de la salida de este maravilloso lugar.


El miércoles 29, después de debatir la actividad del día, decidimos realizar la travesía Vallina – Nospotentra, ya que somos un grupo muy numeroso para afrontar cavidades más técnicas. Por lo que nos dirigimos hacia e parking intermedio de las dos bocas de esta conocida cavidad.
El grupo está formado por Alexis, Carolina, Alberto, Gila, Héctor, Lucia, Mike y Carlos.
Después de unos días de fina lluvia intermitente, nos es grata la sorpresa de encontrar la gatera de entrada completamente seca, ya que cuando llueve se inunda y ha de vaciarse con una garrafa y una esponja que hay in situ.

11. Gatera de entrada a Cueva Vallina.

Tras descender el primer pozo nos damos cuenta que nos cuesta más de una hora reagruparnos en la base de este pequeño P20.
Continuamos por la Galería Vallina, observando todos los pequeños rincones, hasta llegar a la zona de conexión con las galerías inferiores. Antes de bajar, recorremos la gran Galería del Túnel, de un tamaño espectacular, recubierta en gran parte de fósiles y el suelo de arena.
Volviendo al punto de conexión, bajamos unas rampas hasta situarnos en la cabecera del P30 (12+18), donde Héctor es el primero en descender. Una vez todos abajo y habiendo recuperado la cuerda, seguimos por la Galería de la Unió, que tiene forma de tubo. 

11. Gatera de entrada a Cueva Vallina.

Llegamos a un punto donde a nuestra derecha (sureste) aparece una maraña de pequeños pasillos que recorremos, sin llegar a ningún sitio concreto. Seguimos por el tubo hasta la sala que pincha el techo de la red de Nospotentrar, accediendo por un pequeño resalte y un P13. En esta pequeña salita comemos y emprendemos el camino hasta el exterior a través de la pequeña boca de Nospotentrar, habiendo realizado esta corta pero bonita travesía, que para mí tiene un valor especial, pues fue mi primera cueva en Cantabria.

13. Equipo a la salida de la travesía Vallina-Noespotentrar.


El jueves 30 de agosto volvemos a la provincia de Burgos, pero en esta ocasión nos acercamos a la localidad de Leva para visitar la fabulosa sima de Covanegra. También es Juanito el que nos convence para visitarla, y después de verla, nos damos cuenta que ha sido una buena decisión.
Quedamos con Juanito y después de un buen café nos dirigimos a la gran boca de esta cavidad, donde unos vecinos de la zona, observan muy atentos como Juanito, Alexis y Carolina instalan tres vías para bajar el volado de 30 metros de esta curiosa bóveda, con sus altas paredes recubiertas de un frondoso musgo.
El grupo está formado por Alexis, Carolina, Alberto, Gila, Héctor, Lucia, Mike, Carlos y Juanito.

14. Sala Niphargus en Covanegra.

Comenzamos nuestra visita desde la Sala Niphargus hacia el ramal oeste, más corto, pero con una gran cantidad de formaciones sobre todo en la sala final. Avanzamos por la enorme galería, donde tras unas trepadas y destrepadas por grandes bloques, llegamos a un pequeño pozo en rampa que baja por una colada, dejándonos en una preciosa sala repleta de formaciones.
Volvemos a la Sala Niphargus, y después de pegar un bocado en la base del pozo, impresionados por el cañón de luz que entra desde el exterior iluminando la pared de la cavidad, nos dirigimos hacia el sector este para adentrarnos en la Galería de las Hadas, donde nuestros ojos no saben hacia qué lugar mirar, pues todo lo que vemos, sala tras sala, es de una majestuosa belleza. Llegamos a la última sala, donde por desgracia, hay gran cantidad de pintadas.
Volviendo al punto de conexión de la Galería de las Hadas con la galería principal, continuamos por un ramal paralelo al de la Galería de las Hadas hasta que comienza un pasamanos de aproximación a un pocete. Tras este pozo atravesamos varias salas equipadas con cuerdas fijas, y llegamos a un punto donde nos aparece una pequeña sala, llena de pequeñas esculturas de barro, como si de un museo se tratase. 

15. Ampliando el museo de figuras de barro de Covanegra.

Desde esta sala bajamos el último pozo (El Balcón) y desde su base continuamos hacia el noreste y tras pasar un laminador llegamos al paso del paritorio, una pequeña grieta colgada entre dos coladas con un peculiar aspecto. Es bastante limitante, por lo que hay que quitarse los aparatos para pasar, no sin problemas. Una vez dentro, ya sólo parte del grupo, terminamos de visitar el resto de esta grandiosa cavidad. Y desde este punto comenzamos el largo camino que queda hasta el exterior.

16. Formaciones de Covanegra.


El viernes 31 de agosto, tras la partida de varios compañeros que regresan a casa, Alexis, Carolina, Gila, Mike y Carlos realizan la travesía Crucero-Calaca, acercándonos a reconocer un tramo de la travesía Mazo Chico-Calaca.
Es una pequeña travesía, pero no por ello menos espectacular.
Nos dirigimos al municipio de Astrana, ya bastante conocido por nuestro grupo, y siguiendo la pista que sube entre los dos mazos, Grande y Chico, llegamos al parking.
Alexis acompañado de Gila, se dirige a la boca del Mortero de Calaca, para instalar la salida de la travesía. Montamos una cabecera y nos servimos de dos grandes hayas, para montar un pasamanos de aproximación y la cabecera del P27.
Seguidamente nos dirigimos, ya todo el grupo, a la boca del Mortero del Crucero.
Esta tiene una delicada aproximación, sin asegurar, pues todo lo de nuestro alrededor es una dolina de tierra recubierta de helechos. Una vez montada la cabecera, descendemos el primer P15, que nos deja en una repisa, con un agujero a nuestros pies, por el que continuamos el descenso. Comienza el segundo P15, el cual nos toca instalarlo a base de naturales y desviadores.
Una vez todos en la base del pozo, decidimos visitar la zona de conexión con la sima de Mazo Chico, para reconocer parte del camino en una futura visita. Avanzamos en dirección sur por el rio Cruceros, que tiene muy poco caudal, pero habrá que tener en cuenta que dependiendo de la carga que lleve en épocas de lluvia, en algún paso puedes verte obligado a mojarte. Continuamos hasta un punto, en dirección sureste, donde parece que se termina el recorrido, pero debemos continuar por una pequeña gatera, que nos deja en el punto de conexión entre la Galería Fósil y el río. Vamos primero río abajo, hasta llegar a una sala embarrada, donde el río se precipita por una pequeña cascada. En este punto tenemos unas cuerdas fijas, por las que sólo Carlos y Mike bajan, volviendo a encontrar el curso del río.
Volviendo atrás sobre nuestros pasos, Alexis y Carolina visitan la Galería Fósil, de largo recorrido pero sin nada significativo.
Una vez en la base del Mortero del Crucero, continuamos el camino hacia la Sima Calaca, atravesando un gran caos de bloques entre estrechos pasos, y llegando a una gran sala en rampa, que es donde conecta el pequeño pozo del Crucero del Polaco. En esta sala nos cuesta un poco encontrar la continuación, pues la cuerda fija que nos lleva hacia el meandro del Caribe, está prácticamente escondida. Tenemos el detalle de hacer un par de hitos para llegar a la base de la cuerda.
Una vez ascendida ésta, se presenta ante nosotros un meandro desfondado, con algún pasamanos y varios resaltes, que nos lleva, no sin exigirnos bastante, hasta la zona del Hundimiento, donde decidimos comer. Mientras preparamos algo caliente, Gila y Carolina visitan el sector sureste de esta zona.

17. Zona del Hundimiento (sector sureste) de Crucero-Calaca.

Después de comer, continuamos nuestro camino hacia el noroeste, buscando el Río Negro, para así evitar meternos sin darnos cuenta en la Sala del Gran Mogollonazo, pues la describen como un gran laberinto de bloques. Una vez localizado el Río Negro, buscamos el siguiente paso en dirección sur, pues el meandro del río lo describen sumamente penoso. Llegamos a la Carbonera, donde en la zona más baja, observamos " pendants ", curiosas formaciones en el techo de forma redondeada. Casi al final de esta peculiar galería, observamos a nuestra izquierda, en dirección este, el punto donde vuelve a conectar el meandro del Río Negro.
En este punto, visitamos la zona del Cangrejo, pero no todos, pues hay zonas muy estrechas. Continuando hacia el Gran Mogollón, donde Gila y Carolina visitan parte de la Sala Terrible, mientras el resto buscamos el camino para ascender entre los enormes bloques que casi forman una pared.

18. Río de la Sala Terrible en Crucero-Calaca.

Una vez reagrupados y superado el Gran Mogollón, continuamos hacia la Galería de los Ciegos, sin visitar la enorme Sala Tu Padre, pues este nombre nos da a entender que casi en la salida, aquí vas y te pierdes. Llegamos a la  gran sala, en la base del P27, donde ya solo nos queda subir. Carlos es el primero en salir, y en acudir a desinstalar el Mortero del Crucero acompañado de Mike, mientras el resto del grupo salimos y desinstalamos esta boca.


El sábado 1 de septiembre, el pequeño grupo formado por Alexis, Carolina, Mike y Carlos visitan la cueva Coventosa, ya como actividad de despedida.
Después de equiparnos en la boca, acompañados de una familia extranjera con dos niños muy pequeños, nos despedimos de ellos y nos adentramos por la enorme boca, llegando al portal donde, como no, sopla un tremendo viento. Alexis instala el sencillo P10, sobre una vía ya montada de otro grupo. Seguimos por la galería del Metro, donde observamos muchas formaciones y un precioso balcón sobre el cañón que forma el río. En esta zona tenemos serios problemas para encontrar la ventana que nos conduce al R20, creando esto momentos de tensión, pues ya son muchos días de actividad sin descanso.
Por lo que para relajarnos un poco, cambiamos de idea, y en lugar de ir hacia los lagos, nos vamos a ver la Sala de los Fantasmas, donde desconectamos del resto del mundo, paseando entre cientos de formaciones que te miran desde todos los ángulos.

19. Sala de los Fantasmas en Coventosa.

En esta preciosa sala comemos, sentados, entre los fantasmas. Y llegados a este punto, tomamos el camino hacia el exterior, dando ya por terminadas nuestras vacaciones de espeleología en Arredondo, un lugar muy pintoresco por fuera y brutalmente espectacular por dentro.


El domingo realizamos el viaje de regreso a casa, algo cansados, pero muy satisfechos por la cantidad de cavidades visitadas pero sobre todo por la espectacularidad de ellas.