miércoles, 18 de octubre de 2023

El sistema del Alba, Benasque (julio 2023)

El viernes 14 de julio quedamos a comer en Els Ibarsos, desde donde emprendemos el camino hacia Benasque con el objetivo de realizar la travesía del sistema del Alba. 

Como somos 5 y mucho material, decidimos ir en dos coches. El viaje es largo, pero entretenido, y al final del día llegamos a Benasque, donde hemos alquilado un apartamento.

Nos acomodamos y salimos a cenar. 

Al volver a casa, acabamos de preparar el material. 

Por la mañana, el despertador suena muy pronto, a las seis en punto. La noche ha sido corta, pero nos ponemos todos en marcha. Desayunamos, a mí no me entra más que el té, y nos vamos. 

A las 7.20h ya estamos en marcha y comenzamos el largo y empinado ascenso por la senda. 

Durante dos horas lo único que hacemos es subir y subir, tan solo nos da tregua un par de falsos llanos que encontramos a lo largo del camino. 


1. Larga subida.


Nos sorprende una paleta indicativa de la senda que marca "expertos", y así es, ese camino no es apto para principiantes, no solo por la inclinación, sino por lo escarpado y la dificultad de alguna pequeña trepada equipada con cadena.

Al llegar al lago del Alba, Esteban y yo, que somos los rezagados, vemos a los compañeros ya en la boca de la cueva. Y como un corredor en su esprínt para llegar a meta, sacamos fuerzas para llegar. 


2. Vistas del lago del Alba desde el Bujerín del Alba.

La subida es larga, muy pronunciada y además vamos cargados con el material necesario.

Una vez en la boca, comemos un bocadillo, nos ponemos el mono y el arnés y empezamos la fiesta. 


3. Grupo en la boca del Bujerín del Alba

Entra Ferrán instalando, detrás va Mitxel, Luis y Esteban, mientras yo me quedo cerrando el grupo y con la tarea de recuperar las cuerdas.

Mientras Esteban y yo estábamos aún fuera, llegaron más espeleólogos, que nos cuentan que son dos grupos de 4 de Madrid, y que nos darían algo de margen.

Les decimos nuestra intención de ir por la vía Llopis, y ellos nos dicen que también iban a esa vía.

Al principio de la travesía tenemos un poco de desorganización con las cuerdas. Por ejemplo, me quedo yo con los dos 45 en mi saca tras el primer P32, y luego a Ferrán le llegan estas cuerdas juntas cuando está en el P56, y le toca desensacar una de ellas en la repisa, para que yo pueda recuperar el rapel que él instala con el 45.


4. Uno de los primeros pozos.

Quitando ese momento de desorden, el resto de los pozos los llevamos bien y fluyen sin problemas. Nos vamos cambiando a la hora de instalar entre Ferran, Mitxel y yo, quedándose alguno de nosotros tres para recuperar cuerdas.

En la caja de la sala Maldita dejamos un papel seco donde anotamos que continuamos por la vía Llopis.


5. Apuntando la vía por la que proseguimos.

Tras recorrer la sala entera llegamos al pasamanos que evita el P62, donde en la reseña marca un pasamanos a derecha y otro a izquierda, pero en algún momento se ha reequipado y hay dos pasamanos en la pared derecha; elegimos el descendente que incluye un péndulo fácil de pasar.

Este pasamanos acaba en un P14, que nos deja en la galería de las Picas.

Tras esta preciosa galería llegamos al agujero negro, donde el primer tramo lo bajamos con cuerda fija, y para el rapel guiado montamos nuestra cuerda. 

Al llegar al final de este rapel guiado, me toca usar la pedaleta para poder descolgarme, ya que la cabecera está un poco alta.

En este rapel retiramos una cuerda en mal estado, dejando tan solo la cuerda del rapel guiado.

Como tenemos un compañero que está un poco cansado, decidimos buscar una zona un poco más seca para hacer una parada.

Nos juntamos y nos tapamos con un par de mantas térmicas y ponemos un par de velas. Además le paso mi chubasquero, que ya no se quita en toda la travesía, y le dan polvos isotónicos para que vaya bebiendo agua con salsa minerales. De manera que, poco a poco, se recupera y podemos emprender el camino.

Aprovechamos esta parada para celebrar el 37 cumpleaños de Luis, ya que su tío Ferrán le entra unas velas y una mini tarta. Y la cara de sorpresa es espectacular.


6. El cumpleañero.

Tras el P15 y algún obstáculo más llegando al rapel guiado de la sala Llopis.

Está sala destaca por tener antiestalagmitas en su suelo. 

Luego continuamos por el P11 que, como se lee en la descripción del Viana, esperas bajo de un bloque con abundante goteo.

Tras el pasamanos que nos lleva a la Sala Contigua, buscamos el pozo fantasma (P27). A continuación descendemos una serie de resaltes en fijo, intercalados con pozos ascendentes y descendentes, y una subida resbaladiza, que nos dejan en la Sala Leonor. Nos sorprende la agradable temperatura de esta sala, ya que al tener una cascada de 70 m la esperábamos mucho más fría. Salimos de esta sala por un P30 fraccionado, montado con cuerda fija.

Pasamos la zona del Bar, el Pilé 43, y recorremos la galería de las Angustias, disfrutando de los anillos de mármol blanco y negro, para llegar al Sifón del Viento.

Justo al enganchar con la esta galería de los anillos hacemos una parada para tomar un té y de ahí sin parar hasta la salida.

Tras el Destripamonos (que no necesita descripción) y la Galería del Lago, llegamos al paso inundado que atravesamos por un pasamanos de cable de acero y cuerda. En este punto hace bastante frío y es costoso de pasar.

Continuamos siguiendo las flechas y pasamos la zona de La Plancha y, tras un último pequeño pocete instalado en fijo y algo más de camino, llegamos a la cueva del Alba.

Nos quedamos en la misma boca esperando al resto de compañeros, pero pronto nos dimos cuenta que si nos alejábamos un poco hacía mucho menos frío.

La senda que separa la cueva del parking está muy bien señalizada, con balizas reflectantes, ya que ese día había una carrera.

La travesía nos costó 12 horas, a lo que hay que sumar 2 horas de aproximación y casi una hora más de regreso al coche.

Una vez todos en casa, cenamos, charlamos alegremente y nos fuimos a dormir cansados y satisfechos.

Fotos de Esteban y Mitxel.