Esquema de la nueva instalación. |
Ha pasado tiempo desde la última visita a esta sima,
cuando nos reunimos una veintena de amigos para hacer espeleología por la zona.
Esta vez sólo cuatro compañeros (Vicente, Alexis, Inés y Quique) quedamos para
ir a re-equipar la cavidad y ampliarla con una segunda vía.
Tras equiparnos, preparar el material y dejar los
vehículos en el aparcamiento, los tres chicos (porque Inés acudirá más tarde)
iniciamos el corto camino de aproximación a la boca. Un breve ascenso por la
senda, rodeados de romero y tomillo, florecidos ya debido al buen tiempo de
este invierno, nos lleva al lugar donde se abre, entre bloques de piedra, a la
sombra de los pinos, la entrada a la sima.
Boca de acceso. |
Un vistazo a la apertura y comenzamos el trabajo. Alexis
trata de recuperar unos spits viejos mientras Vicente y Quique se dedican a
preparar los naturales de aproximación a la cabecera. Posteriormente se ensacan
las cuerdas, se asegura con los spits recuperados y se protege la cuerda contra
rozaduras.
Vicente emprende la instalación de la vía Norte y poco
después le sigue Alexis con la Sur. En la vía Norte debe clavar un spit para un
fraccionamiento pues el anclaje existente está inutilizable y se necesita una
cuerda de 50 mts. Por otro lado, en la vía Sur se clava otro nuevo spit, se
recupera uno antiguo, se fuerzan dos naturales para montar un pasamanos y en
otro natural existente se acopla un desviador para la última tirada de cuerda,
por lo que se necesita una cuerda de 55m.
Mientras se termina la instalación, se une al grupo Inés y
al aviso de libre, tanto ella como Quique se lanzan al ansiado descenso de este
impresionante pozo de 26 metros de profundidad; ancho, fresco y con alguna
formación parietal.
Inés en el pozo principal. |
Se hace pie en una repisa que se ha formado sobre un
enorme bloque empotrado y por los dos lados se puede descender el último tramo
vertical de una decena de metros.
La sala final tiene unas dimensiones de 9 x 5 metros y está
totalmente colmatada por bloques. Las paredes y el techo están repletos de
formaciones. Una colada ha decorado de forma espectacular un rincón del fondo y
un grupo de estalactitas ha desarrollado unas protuberancias en forma de
dientes de sierra, que vistas de lado parecen como una fila de árboles. La
humedad ambiente es elevada y nuestro aliento forma nubes que se iluminan con
la luz de nuestros frontales.
Formaciones en la base de la sima. |
En una pared, un arácnido se queda quieto cuando el haz de
luz cae sobre él, intentando pasar desapercibido, pero el ojo eterno de la
cámara fotográfica de Vicente inmortaliza el momento.
Típica araña. |
Hacemos la indispensable foto de grupo y empezamos el
ascenso, que es muy rápido ya que disponemos de dos vías para hacerlo. La
salida de la sima es bastante tecnica, pero no para un equipo dispuesto a ayudar
como el que se ha reunido.
Foto de grupo en la base del pozo. |
Una vez en el exterior, recogemos todo el material empleado
y deshacemos el camino satisfechos y contentos de esta experiencia, comentando
lo que a cada uno le ha parecido más interesante, compartiendo conocimientos y
convocándonos para la siguiente salida.
Artículo de Quique Serrano.
Artículo de Quique Serrano.