jueves, 3 de septiembre de 2020

GROTTE DU GUIERS MORT. Reseau de la Dent de Crolles (Chartreuse - Isere)

 Los pasados 8 y 9 de agosto visitamos el Sistema de la Dent de Crolles, conocida cavidad francesa ubicada en el macizo de la Chartreuse, inmediato a los Alpes y a la ciudad de Grenoble. La primera vez que leímos algo sobre este sistema, fue en unas memorias del GERSAM de Montpelier, que a mediados de la década de 1970 estuvo explorando en el macizo de Vernera, y comparaba las cavidades de esta zona del Pirineo con las de la Chartreuse por varias razones: Bocas colgadas a muchos metros sobre el valle y fuertes corrientes de aire. A pesar de que este grupo no pinchó en las galerías principales del actual Sistema del macizo de Vernera, tenían mucha razón. La formación de ambos sistemas precede a la profundización del valle, y ahora algunas de las entradas quedan colgadas muy altas sobre el niveles de los barrancos, quedando expuestas a mitad de los cortados o en la base de los mismos, como ocurre en el caso de Trou du Glaz, Grotte Annete, Grotte Chevalier, Espelunga de Napazal o Espelunga de Meyodia. Además la existencia de entradas que rodean toda la mole rocosa y otras bocas altas ubicadas por las plataformas superiores, hace que existan fuertes corrientes de aire en ambos sistemas.

Volviendo al Sistema de la Dent de Crolles, nosotros el día 8 visitamos la zona inferior del sistema, entrando por la surgencia de Guiers Mort. Accedimos desde Perquelín, donde habíamos pernoctado la noche anterior. Accedimos a la surgencia por un sendero bien marcado que nos conduce tras unos 40 minutos, a un cortado en la base del cual esta la entrada inferior al sistema. La boca de la entrada inferior, la Grotte du Guiers Mort, se ubica en la cota 1332 metros y forma una serie de cascadas que en estiaje tienen un pequeño caudal. A los pocos metros de entrar perdemos la corriente de agua que aparece entre las gravas del lecho de la galería. El objetivo de esta visita ere realizar un recorrido circular de 4 kilómetros entrando y saliendo por la misma boca. En algunos puntos de esta ruta circular nos desviamos de la ruta para ver otras galerías, realizando un recorrido más próximo a los 6 kilómetros.


 Avanzando por la galería principal, a los pocos metros llegamos a la Grand Salle, en la que ascendemos una rampa y nos introducimos por una gatera que conduce a la Reseau Sanguin, con pasos estrechos y fuerte corriente de aire. Tras entrar en calor en esta atlética galería llegamos a la base del pozo Pierre, de 35 metros que tenemos que ascender. En su parte superior alcanzamos la galerie Paul que tras un paso de techo bajo llegamos a la galería Perquelin. Esta galería la recorrimos en dirección norte, desviándonos de la travesía, hasta alcanzar una gatera. Se trata de una galería freática muy condicionada por el buzamiento de los estratos y de muy cómoda progresión. La tónica del sistema durante bastante recorrido será así: tubos freáticos elípticos ascendentes, que siguen el buzamiento de los estratos, con el suelo liso y muy fáciles de transitar. Con poco esfuerzo alcanzamos los 150 metros positivos sobre el nivel de la boca.


Siguiendo la galería Perquelin hacia el sur, atravesamos con un pasamanos el pozo Isabelle de 64 metros y más adelante la Vire Rias. Es típico en el sistema encontrar pozos vadosos que cortan o interceptan niveles horizontales. En esta zona, antes de tomar la galerie du Solitarie nos desviamos por unos conductos que cortocircuitan entre ellos, como la galerie Sans Nom. Es en esta zona donde observamos algunas formaciones alteradas por las corrientes de aire.


Después de hacer el circuito por la galerie du Solitarie y cerrar el bucle realizado antes, paramos para comer un poco en un cruce cercano a los puits Noir. Lo difícil es encontrar un rincón donde no hay corriente de aire. Siguiendo ahora por grandes galerías descendentes y después ascendentes, alcanzamos el pozo de la Banane, que remonta 15 metros para alcanzar un nivel superior.


Siguiendo por esta galería llegamos en poco tiempo a la Cascade Rocheuse, que se descienden 40 metros, dejándonos en la base de una galería de buenas proporciones. Aquí volvemos a desviarnos del circuito para visitar la galeríe des Champignons y la de los Champs Elyses, adentrándonos en el corazón del Sistema y visitando unas de las mejores galerías vistas en esta zona inferior del sistema. 



En esta zona avanzamos por conductos de buenas dimensiones, donde encontramos numerosas bifurcaciones. En algunas galerías empiezan a destacar las estalagmitas delgadas y altas que crecen en el suelo arenoso. En un punto de estas galerías vemos una inscripción del grupo que exploró este sector en la década de 1960, los Tritons de Vercors. Nos detenemos en los Puits dels Galets y volvemos a la base de la cascade Rocheuse para continuar el circuito.


Desde la base de este pozo de 40, las galerías cambian de morfología; avanzamos por meandros estrechos, con alguna gatera y donde empieza a verse alguna zona encharcada. Tras descender el pozo du Cerf de 17 metros, tomamos la galerie du faciès Souriant, donde sopla una fuerte corriente de aire. Avanzamos por una galería rectilínea, larga y asentada sobre una diaclasa. En ella  aparecen algunos pasamanos que superan desfondes. A partir de ahora las galerías dejan de estar influenciadas por los estratos y pasan a ser más tipo diaclasa o cañones verticales. 


Esta galería por la que sopla una fuerte corriente de aire, se va estrechando y desciende a niveles inferiores, escuchándose en algunos puntos el susurro de un río que no alcanzaremos. Unos metros más adelante alcanzamos un espectacular meandro por donde apenas corre el agua con estéticas marmitas, zonas con muchas estalactitas y huellas de corriente o scallops. Vamos descendiendo, esquivando algunas de estas marmitas, como la Piscine.


Al final tomamos la Vire des Stalactites, que es una pequeña remontada del meando, donde avanzaremos desde este punto por un nivel superior, mediante pasamanos y algunas  repisas muy decoradas por espeleotemas. Tras unos largos meandros, alcanzamos un colector que unos metros aguas abajo nos lleva la Plage, que es un corto sifón. Este sifón lo superaremos por una vía superior, con unas cuerdas remontantes por pasos estrechos y luego descendentes, que nos devuelven otra vez al río. Siguiendo río abajo la galería empieza a mostrar bloques en el suelo y poco a poco va ganando dimensiones. Aguas abajo debemos descender la cascade Elisabeth,  de 6 metros que esta instalada con un rapel guiado para evitar caer en una poza de agua.



Desde la cascada seguimos río abajo por el Grand Canyon, que realmente no es tan grande como esperamos. Nos desviamos del circuito unos metros para ver el sifón, comprobando que en los últimos metros empiezan a aparecer las acumulaciones de limos que depositará el agua tras las crecidas. tras retroceder y ascender un pozo de 10 metros para coger unas galerías secas con numerosas bifurcaciones. Estas galerías finalizan en un pequeño pozo descendente, en la salle de l'Escalade. En este punto ya se intuye que estamos cerca de la entrada, avanzando por anchas galerías generadas sobre una fractura con numerosas piedras en el suelo, con una morfología similar a la zona de entrada. En pocos metros nos encontramos en la Grande salle, cerrando de este modo el circuito por las galerías del nivel inferior del sistema. En un par de minutos llegamos a la boca de Guiers Mort. 


Realizar todo este circuito reconociendo todas las galerías y desviándonos para ver otros puntos que considerábamos interesantes nos ha costado 7 horas. en general se trata de galerías de fácil avance y donde todos los pozos de encuentran instalados en fijo. Aun así es recomendable llevar alguna cuerda por si acaso. Sobre esta travesía encontramos información en Internet, elaborada por el Speleo Secours Isère. Además de las descripción y la topografía,  vienen recogidos muchos más detalles sobre sus galerías, tiempos, pozos etc.. Ha sido una actividad muy interesante el poder recorrer esta parte inferior del sistema, ver las diferentes galerías fósiles y el colector principal del sistema. Geológicamente tiene muchos aspectos interesantes que valen la pena pararse a observar.