lunes, 9 de septiembre de 2019

Trabajos de desinstalación en la Torca del Cerro del Cuevón (Cabrales, Astúrias)




Un año más, y ya van 3, los que he tenido la dicha de poder colaborar con el proyecto científico del IGME “Termosima” y con el reto deportivo “17picos 17simas” que parece que está llegando a su fin, aunque sea un final agónico que se hace de rogar por la duración, pues comenzó el año 2015 la instalación de la cavidad y con todo el trayecto que lleva de trabajo en un sinfín de porteos, entradas, trabajos durísimos, etc. que no te dejan indiferente en cada una de las duras entradas que se realiza.


Parte de los integrantes del grupo preparados para la actividad


Esta vez estaba el exterior del macizo en unas condiciones muy buenas para poder entrar y no sufrir la dureza del factor agua tal como ocurrió el verano de 2018 en estas mismas fechas en el que la cavidad estaba intratable por la abundante agua que te empapaba por completo en diversos pozos.


Vista del Cuevón junto a los Cuetos del Trave

El grupo congregado para la entrada estaba formado por 7 espeleólogos (Carlos, Bernat, David, Joaquín, Ángel, Tomas y Enrique) de toda la geografía española, pues cada uno era de una provincia distinta, eso no quita que la relación y la buena compenetración en los trabajos fuera excelente ya que se necesitaba ser muy ágil y metódico con el fin de aprovechar al máximo los trabajos y el tiempo tanto de descanso como de actividad.


Boca de la Torca del Cerro


La entrada a cavidad se hizo de modo escalonado en grupos de 2 o 3 espeleólogos con el fin de ir en grupos reducidos, tal y como es habitual en este tipo de cavidad. El objetivo era claro pues una vez alcanzado el rio Marbregalo en la profundidad de 1492m el pasado octubre de 2017 se dio por cumplido el proyecto habiendo hecho así mismo el seguimiento científico de la cavidad en los más de 20 ataques de instalación y trabajos de porteo y acondicionamiento de vivacs.

Pozo de entrada

De esta manera el 22 de julio de 2019 se entraba en la cavidad entre las 10:25 y las 14:30h lo hicimos los 7 integrantes, Enrique y Tomas bajaron al segundo vivac a 550 para el día siguiente sacar material de las cotas de 700 m de profundidad donde hay un vivac desmantelado. David, Ángel y Joaquín bajan al vivac 3 que hay en 750 m de profundidad, llegando David y Joaquín con poco más de 5 horas desde el exterior, habiendo pasado por el rosario de pozos y meandros al que te somete esta peculiar sima. Mientras Carlos y Bernat habían bajado al vivac 4 sobre los 1100 m de profundidad para descansar e iniciar la desinstalación de esta monstruosa sima, que está actualmente en los rankings mundiales de profundidad como la 8ª.


Joaquín en el vivac 3º junto a las mejores formaciones de la cavidad


La siguiente jornada del 23 era para iniciar y rematar lo máximo posible la limpieza y desinstalación de las partes inferiores, comenzando Carlos y Bernat con el tramo más profundo desde 1492 hasta 1170, siendo principalmente los pozos de 134 y 124 metros conocidos como El Pozo de los Ausentes y El Sotano, que consistía la zona entre la Gran Falla y la sala Olvidar, en la que sobre el mediodía ya lo habían desinstalado, estando descansando en el vivac 4 hasta llegar el grupo de 3 desde 750 que continuaría las labores. 


Los 2 grupos descansando en el vivac 4 a 1150 m de profundidad

Así Carlos y Bernat salieron bien cargados hacia el vivac de 750, mientras David, Ángel y Joaquín descansan y pronto continuarían las tareas de desequipar la cavidad a partir de la cota de -1170m.


Joaquín en el paso a Olvidar

David y Joaquín no pudieron resistir la tentación de una vez llegado al vivac 4, donde se ubica la gran sala Olvidar, remontar a la parte alta de la sala hasta saborear la susodicha continuación, conocida como Paso a Olvidar. Una vez arriba hay entre grandes bloques algún resalte corto y a los escasos metros la que está considerada ya por las crónicas y comentarios de compañeros como la peor gatera de la cavidad, que ha causado no pocos trastornos y cambios de planes en alguna de las entradas en cavidad. David quiso quitarse una “espinita” que llevaba clavada por las 2 veces que estuvo forzando el paso teniendo que desistir ambas veces. Se procedió a intentarlo sin idea de continuar, solo por el morbo de haber pasado la gatera. Aquí se adjuntan unas imágenes del paso, en las que podrán comprobar la gatera como se las trae. Finalmente, David se tuvo que ir para arriba tras 3 intentos con la misma rémora no pudiendo satisfacer el deseo que había llevado a pesar de tomarse en serio por este motivo una dieta alimentaria. Nada que añadir pues Joaquín pasó como “pedro por su casa” con una facilidad pasmosa, sin quitarse el arnés y hasta en dos ocasiones.





Tras la aventura del pasaje a Olvidar se vuelve al campamento 4, que está ubicado a 20 m del suelo en el pozo de 51 m en una gran repisa. Esta favorece el descanso con un ambiente seco y con escaso viento con un suelo en perfectas condiciones para instalarlo.

Al acabar la aventura, se descansó con una contundente comida-merienda haciendo acopio de energía, además pudimos comprobar las gustosas comidas deshidratadas que ofrece el mercado para este tipo de actividades, ya que al tener que desmantelar los aposentos, acabamos con los víveres existentes en dicho vivac. No faltaron unas entretenidas y tensas deliberaciones ambientales y sociales que prolongaron la estancia; 4 horas más tarde desde su llegada salía el trio a iniciar la desinstalación, toda una gesta que se afrontó con paciencia para ir desenroscando tornillos, quitando mosquetones, chapas y nudos hasta la saciedad con el fin de dejar la cavidad tal y como se había encontrado a la entrada entre 2 y 3 años anteriormente. El esfuerzo y la carga de tanto material fueron dejando mella en el grupo, aunque se hizo con serenidad y buen ritmo tomándose los descansos y paradas de alimentación e hidratación pertinentes, sin embargo, evitando alargalos pues los 3C de temperatura no te permiten largas paradas.

Ángel junto a Fresco en la cota de -1000 m

Los más de 400 m de pozos fueron desinstalados en algo más de 10 horas dejando una tarea durísima superada que fue como un buen mordisco a tan gran pastel que tanto cuesta superar metro a metro no solo por las exigencias del ambiente sino por el peso y esfuerzo que comporta el trabajo de desinstalación y los ascensos cargados hasta las trancas. La actividad fue, entre bajada y vuelta para arriba a 750, un total de cerca de 15 horas.
Tocaba una vez llegado al campamento de 750 reponer fuerzas con una copiosa y reconfortante cena y descansar para continuar la tarea la siguiente jornada, pues nos íbamos a descansar ya hacia las 3 de la madrugada.

Preparando la cena tras la jornada en el vivac de 750


La mañana siguiente ya 24 de julio se presentaba una exigente jornada especialmente por los pasos tan complicados que siempre recordaremos: Crujiente, Ernesto y de la Continuación que te desgastan por los trajines de arrastrar sacas con las idas y venidas que acaban por hacerte memorizar cada palmo del meandro con sus recovecos, posturas a pasar de la manera más cómoda, lugares donde girarte y demás pericias a superar. De esta manera se llegó al vivac 2 en 7 horas de actividad pudiendo aprovechar que la jornada no fue demasiado larga para descansar cuanto antes, para madrugar en la siguiente jornada que nos esperaba la salida exterior a fin de no tener problema con las horas de sol. Así se habían desinstalado unos 200 m de desnivel, aunque lo peor fueron los porteos de material que habíamos ido sacando de anclajes, basura i demás material.


                                              Grabación del resalte que hay tras pasar el Crujiente

Con 7 horas de descanso tuvimos más que suficiente para recuperarnos y ya con escaso material fuimos saliendo, ahora ya sin desinstalar, pues entre David, Ángel y Joaquín se retiró algo más de 600 m de desnivel, que equivaldrá a un kilómetro de cuerda, se dice pronto. A las 4:30 de la madrugada salíamos hacia arriba ya muy ligeros de equipaje, parando ocasionalmente a tomar algo caliente o sólido para ir reponiendo energía, y fue hacia las 11:25 cuando el primer integrante salía ya por la boca del Cerro. El agotamiento era grande pero la satisfacción por el trabajo hecho, los buenos momentos y conversaciones de grupo hicieron bastante llevadera esta gran aventura espeleológica que no está al alcance de cualquier persona; pues salir desde casi 1200 m de profundidad con una buena ración de petates es en ocasiones tarea inhumana especialmente en tramos que apenas pasas con el arnés y las dos capas de mono que te protegen, como para sumarle las 10 sacas que tuvimos que pasar en grupo en alguno de los meandros.

Bajando por la canal de Amuesa

Un poco más de mediodía iniciábamos el descenso con intención de llegar a Bulnes para hora de comer y reponer las energías agotadas en tan dura actividad con una buena ración de zumo de cebada. Dentro de cavidad fueron algo más de 70 horas con 3 noches, toda una prueba física, sicológica y emocional.

Los Cuetos del Trave forman un carst muy prolífico en cavidades profundas

En anteriores posts del Blog se publicaron 3 artículos sobre los trabajos de instalación en esta misma cavidad en el año 2016 y 2017, todas ellas enmarcadas en el proyecto 17Picos 17Simas con el fin de colaborar en sus dos vertientes deportiva y científica.