El
viernes 3 de julio a las 6 de la mañana Ferran y Jose me recogen,
después pasamos a por Esteban, para ir a Cantabria. Este viaje es
algo más especial que otros, porque hace tiempo que no nos veíamos
debido a la situación actual. Lo que implica que durante todo el
camino no paremos de charlar.
Tras
una parada a almorzar, llegamos a Ogarrio a comer, y de ahí directos
a Arredondo a los apartamentos de Domingo, donde nos quedamos a
dormir, como en otras ocasiones. Descargamos los trastos, arreglamos
las sacas, cogemos los neoprenos y nos dirigimos a la cueva
Coventosa dispuestos a cruzar sus fríos lagos.
Recorremos
el sendero que separa el parking de la boca de esta clásica cavidad,
donde nos encontramos un padre con sus dos hijas, franceses, con los
que Jose desempolva rápidamente su francés, que creía olvidado.
1. Boca de Coventosa. |
Descendemos
la rampa que nos deja en la cabecera del P10 que instala Ferran con
chapas, ya que los químicos están cogidos por un grupo anterior.
Avanzamos hasta la cuerda fija (R5) que ascendemos, y tras la pequeña
rampa, nos introducimos en una galería de techo bajo, por la que
avanzamos. Cuando se abren a nuestra izquierda varias rampas de techo
bajo y suelo resbaladizo, hay que prestar atención porque una de
ellas nos deja en una cuerda fija, por la que descendemos. Y
continuamos bajando por la rampa de arena y barro seco de más de
cuarenta metros de desnivel de la Sala del Declive.
Al
bajar nos acercamos a ver la instalación que nos deja en la Sala
Macarroni, y que no visitaremos esta vez. Regresamos a la base de la
rampa, para continuar avanzando por la Galería del Vivac. Ascendemos
por una cuerda fija, cruzamos el pasamanos de cable de acero y
descendemos por otra cuerda fija.
2. Pasamanos de cable de acero, Coventosa. |
Pasamos la zona de Los Gours y de la Playa y seguimos progresando encontrándonos algunas cuerdas fijas a nuestro paso que superamos sin problemas. Antes de empezar a mojarnos al cruzar el río decidimos colocarnos los neoprenos.
En la sala de los 71 m nos encontramos con una zona resbaladiza de suelo blanco y con unas pisadas muy marcadas, que seguimos.
Seguimos avanzando y nos encontramos con la Pérdida, donde el río se pierde haciendo un gran estruendo. Continuamos por una galería amplia mojándonos hasta los tobillos hasta llegar a la zona de las Marmitas.
En la sala de los 71 m nos encontramos con una zona resbaladiza de suelo blanco y con unas pisadas muy marcadas, que seguimos.
Seguimos avanzando y nos encontramos con la Pérdida, donde el río se pierde haciendo un gran estruendo. Continuamos por una galería amplia mojándonos hasta los tobillos hasta llegar a la zona de las Marmitas.
3. Zona de las Marmitas, Coventosa. |
Continuamos
por el Gran Cañon de Coventosa hasta llegar al primer lago, donde
decidimos dejar los equipos y cruzar a nado sin nada.
Atravesamos
este primer lago de unos 100m, y tras andar unos 20m entre bloques
llegamos al segundo lago, de unos 120m. Y a continuación el último
lago de unos 150m que sólo cruzan Ferran y Esteban, ya que tanto
Jose como yo tenemos frío y decidimos dar media vuelta, e ir
regresando poco a poco.
Vamos
avanzando poco a poco, hasta que nuestros compañeros nos alcanzan, y
al llegar a la zona donde tenemos las sacas de la ropa, nos cambiamos
y salimos con ropa seca hasta la calle.
4. Zapatillas tras cruzar los lagos de Coventosa. |
Nos
gustaría agradecer el trabajo efectuado por el Esocan que a
principios del mes de marzo reparó y sustituyó cuerdas y anclajes
en mal estado de la zona de salida de Coventosa.
Al
llegar al apartamento Ferran nos deleita con unos riquísimos
espaguetis con atún y tomate frito, además de algo de picoteo.
Mientras
estamos cenando oímos voces fuera, y al final decidimos abrir la
puerta y nos encontramos con la agradable sorpresa de ver a nuestros
compañeros de la UEC-Tortosa, a Vicente y Albert, y dos compañeros
más. Tras una agradable charla nos vamos a dormir.
Al
día siguiente, sábado madrugamos, y tras un buen desayuno,
preparamos el material para realizar la travesía Tonio-Cañuela.
Al llegar al parking de Tonio vemos un par de espeleólogos, que nos
comentan que son un grupo de 6 y van a hacer la misma travesía que
nosotros.
Nos
cambiamos, repartimos el material, dos cuerdas de 60m y dos de 25m, y
unos pocos mosquetones. Y nos ponemos en camino hacia la boca.
5. Grupo en Tonio. |
Hoy
me encargo de instalar, mientras que Ferrán se queda el último para
recuperar las cuerdas. Para que no haya ninguna posibilidad de
equivocación aseguro cada una de las instalaciones.
6. Boca de Tonio. |
Poco
a poco vamos descendiendo los pozos, utilizando las cuerdas cortas
para los pozos pequeños, y las largas para el P48. Tras el resalte y
el P10 llegamos a la diaclasa vertical, donde nos reunimos.
En
este punto decidimos que bajo primero, me sigue Ferran por si se le
atasca la saca, que como siempre es la más grande, poder ayudarlo
desde abajo o los compañeros desde arriba. Y luego bajan Esteban y
Jose.
7. Diaclasa vertical de Tonio. |
En
esta estrechez nos encontramos dos cuerdas, una más antigua, a la
que le falta un poco para llegar a la repisa, y otra muy fina, que si
está anclada al pasamos de la base de este P13. Usamos ambos cuerdas
para que el descenso sea más rápido.
Continuamos
por las cuerdas fijas hasta llegar a la cabecera del P55, donde
alcanzamos al grupo anterior, que están recogiendo su cuerda.
Descendemos
el P5 y P6 y nos volvemos a reunir, para decidir dónde comemos, ya
que empezamos a tener hambre.
Cómo
ya hemos dado algo de tiempo al grupo de delante continuamos el
descenso del P20 y P13, que está preparado para bajarlos juntos como
un P33 con un desviador (que cuenta con un parabolt y un mosquetón
sin seguro al final del P20).
Descendemos
los dos siguientes pozos, y en la base del P18 paramos a comer.
8. Pasamanos de acceso al P22, Tonio. |
Tras
esta parada en la que hacemos un té que nos sienta muy bien,
descendemos el P22, atravesamos el meandro de la borrasca, donde se
nota el viento frío, y bajamos el último P20, hasta llegar a la
sala Olivier Guillaume, donde agradecemos no parar mucho porque se
nota el frío.
Mientras
esperamos a Ferran, orientamos la topografía para averiguar hacia
donde tenemos que caminar.
Al
llegar Ferran recogemos todo el material, lo repartimos y descendemos
por la rampa siguiendo los reflectantes. Cruzamos la galería de la
Antesala admirando las gigantes estalactitas que cuelgan del techo
hasta llegar a la Galería del 10 de Agosto, en donde continuarán
las enormes estalactitas, algunas de ellas con forma de sierra.
Llegamos
al final de una galería ancha y vemos un reflectante al fondo, pero
es imposible descender, así que a nuestra izquierda vemos una rampa
con una cuerda fija, por la que ascendemos. El paso es muy expuesto,
de ahí que haya una cuerda fija de apoyo.
Continuamos
hacia nuestra izquierda y trepamos entre unos bloques, y que
nos lleva a la Galería de las Sierras. Continuamos hasta la galería
del Patinazo, cuyo nombre indica lo resbaladizo del terreno, y que
termina en la Sala de la Encrucijada.
9. Galería de Cañuela. |
Tomamos
la Galería del Bulevar, que nos deja en el pozo del Arco, un P15,
instalado en fijo, que descendemos y continuamos por nuestra derecha
hasta encontrar una cuerda fija para descender un bloque resbaladizo
a modo de tobogán.
10. Pasamanos de Cañuela. |
Unos
50 m más adelante nos topamos con el Pasamanos, de 30m, que evita un
desfondamiento de 12m y que nos deja en la Galería de Entrada, desde
donde ya podemos ver la luz del sol.
11. Salida por Cañuela. |
12. Boca de Cañuela. |
Como
salimos a buena hora, vamos a tomar algo al bar de Arredondo con los
compañeros de la UEC que ya han acabado su actividad, y vemos a
nuestra gran amiga Susana. Al rato decidimos ir a cenar al
restaurante Coventosa, donde siempre nos atienden de maravilla.
Al
día siguiente, volvemos a madrugar para ir a realizar la travesía
Coteron-Reñada por el ramal de Codisera. Como llevamos dos
coches, dejamos uno en el parking de Reñada con ropa limpia y los
cuatro vamos con el otro coche al parking de Coteron, donde nos
cambiamos, y comenzamos el ascenso por la ladera de hierba mojada que
se hace interminable, y más teniendo en cuenta que las coordenadas
que llevo en el gps no nos marcan la boca real, sino que debemos
continuar el ascenso.
Comprobando
a posteriori las coordenadas descubro que al transformarlas de
coordenadas UTM a geográficas cometí algún error, menos mal que
Ferran se dió cuenta in situ que lo que marcaba el GPS no podía
ser, y encontró la boca.
Una
vez todos en la boca de Coteron, almorzamos, descansamos un poco, y
decidimos entrar, ya que el calor aprieta bastante y más después de
la subida.
13. Boca de Coteron. |
Ferran
instala el pozo de entrada, un P52, desde la parte superior donde hay
un pasamanos en fijo de cuerda naranja. No coloca ningún
fraccionamiento ya que no portearemos la cuerda de 60m, de la que nos
sobra un metro, el resto del camino, y regresaremos a por ella más
tarde.
Para
la travesía llevamos dos cuerdas de 25m y otra de 20m.
14. P52 de entrada, Coteron. |
En
cuanto llego a la base del pozo, nos ponemos en marcha, hasta llegar
a un gour, donde continuamos por el caos de bloques. Avanzamos por la
galería hasta el Pozo de la “H” (P15) que rodeamos sin
problemas. Descendemos una rampa donde a nuestra derecha aparece un
pasamanos de acceso al P13, que no tienen cuerda fija, pero está
montado para recuperar. Por lo que Ferran instala en doble con dos
cuerdas de 25m, quedándome la última para recuperar las cuerdas. En
la base de este pozo hay una pronunciada rampa con bloques, que
descendemos sin cuerda y con mucho cuidado por la caída de piedras.
Llegamos
a la Sala del Borde del Mundo y descendemos una rampa de arena,
avanzamos hasta encontrarnos una rampa ascendente y una galería que
sale a nuestra derecha, que es la que tomamos. Continuamos caminando
hasta encontrar un cruce de galerías, que tras mirar la topografía
advertimos que estamos en la Estación 62 del ramal Reñada, por lo
que damos la vuelta hasta el punto donde continuamos ascendiendo por
la rampa y esta vez si tomamos el camino adecuado.
De
este camino cabe destacar sus galerías de bellas secciones
freáticas, que también reflejan otras crónicas.
15. Galerías de Codisera, travesía Coteron-Reñada. |
Llegamos
a una gatera estrecha, que desemboca en una sala con una rampa
ascendente de arena. Pasamos por al lado de un P8, y atravesamos
varios meandros desfondados, algunos por arriba y otros a rastras.
Una vez en el P17, por cuyo fondo pasa el río, Sala de los dos sifones, paramos a comer y tomarnos un té calentito. Hoy Ferran ha decidido coger arroz con pollo para comer, y me he apuntado. Algo calentito entra muy bien en estas cavidades frías y húmedas del norte de España.
Para sortear este P17 hay un pasamanos en fijo, una cuerda ascendente con un nudo porque tiene una flor debido al roce, que enlaza con un pasamanos en la repisa y otra cuerda de bajada, que en su parte final está sin camisa. Decidimos cambiar esta última cuerda y acortar el desviador para que no se produzca el roce que rompe la cuerda, además sacamos el trozo de cuerda rota.
Continuamos
por el meandro de la Galería del Cordón de Bota con una zona de
pasos conflictivos hasta llegar al Lago del Fantasma, que cruzamos
por el pasamanos, por el que casi se toca el agua. En este punto hay
una zona donde cogemos agua.
16. Pasamanos del Lago Fantasma, Coteron-Reñada. |
Avanzamos
por la galería hasta llegar a la sala del Borde del Universo donde
debemos trepar sobre salientes colgados y de esta manera evitar el
río. Continuando el curso del río atravesamos la sala de Castle
Hall y llegamos a la Galería de la Palanca.
Continuamos
por varias marmitas secas, algunas de ellas con cuerdas fijas, hasta
llegar a la Sala del Derrumbe, no sin atravesar algunos pasos
expuestos.
Una
vez en el Callejón de la Sangre, realizamos algunas fotos de sus
formaciones de tonalidades sanguinolentas, y paramos a hacer un té
para merendar.
17. Formaciones con tonalidades sanguinolentas, Coteron-Reñada. |
18. Estalagmita del Callejón de la Sangre, Coteron-Reñada. |
Una
vez pasamos esta galería empieza el barro, que no nos abandona hasta
la salida por Reñada. Pasamos un primer laminador, la Gatera del
Peaje, atravesamos el Balneario hasta llegar al siguiente laminador,
el Paso del Pato (“The Duck”). A continuación superamos una
resbaladiza colada blanca con ayuda de unas cuerdas fijas, el Resalte
de la Maroma (E5).
Siguiendo
el camino llegamos a la Porqueriza, un par de marmitas llenas de
barro, muy divertidas para mí. Superamos el E3 y el paso de la
Quilla, para llegar a los Toboganes, que descendemos sentados y
prestando atención a las estalagmitas para no hacernos daño.
Por
último, atravesamos el Agujero Soplador, donde nos mojamos, y
ascendemos la rampa final, desde la que vemos la luz y, que nos deja
en la boca de Cuivo de Reñada.
19. Boca de Reñada. |
Una vez los cuatro fuera, emprendemos el camino de vuelta al coche, donde decidimos que al día siguiente iremos a por la cuerda de Coteron, ya que vamos a por la merecida cerveza.
Una
vez en Arredondo nos juntamos con los compañeros de la UEC, con
Susana y con un amigo cántabro, Fran, al que agradezco su visita.
Decidimos cenar en el restaurante Coventosa con Susana, que nos trae ricas galletas típicas de Asón y a la que tenemos que agradeceer tanto sus detalles como su compañía, siempre tan agradable.
Al
día siguiente, lunes, acompaño a Ferran para recoger la cuerda de Coteron,
esta vez, con la boca localizada, tan sólo nos cuesta media hora
subir.
Una
vez en el apartamento, acabamos de recoger, y Ferran acerca a los
compañeros de la UEC a la boca de la sima, ya que sólo tienen un
coche. Al volver vamos a comer a Ramales de la Victoria. Y ya de
regreso a casa, cansados pero con las pilas cargadas, estamos
deseando volver a esta tierra cántabra que tan bien nos acoge
siempre.
20. Arredondo. |