L’Orgue, en la cova del Monos.
El pasado fin de semana, días 20 y 21 de marzo, nos juntamos algun@s espeleolog@s del Espeleo Club Castelló para realizar actividad. Ahora que ya podemos juntarnos grupos superiores a dos personas aprovechamos para conocer a los nuevos fichajes del club. La zona elegida fue la Valldigna, y las cavidades fueron el Avenc de la Planxeta y la Cova dels Monos.
El sábado quedamos temprano en Tavernes de la Valldigna para acercarnos hasta Simat, donde se encuentra el Avenc de la Planxeta. La situación de la cavidad es un tanto extraña, ya que está en un pequeño pinar rodeado de grandes campos de naranjos, al pie de las montañas calcáreas.
El equipo de la Planxeta.
La Planxeta es una sima con bastante recorrido, pero con pocas y pequeñas verticales. Se trata de una cavidad formada por varios planos de estratificación y varias diaclasas que han dado como resultado un conjunto un tanto caótico donde muchos ramales acaban cortocircuitando entre ellos.
El sábado nos juntamos Mariel, Noe, Joaquín y Luis, todos nosotros del Espeleo Club Castelló. La bonita boca de entrada, situada en una dolina, da paso a un pozo enrampado de una docena de metros. Con una cuerda de 20 m., una cabecera doble y un reaseguro descendemos esta primera vertical. A continuación una rampa nos introduce en la oscuridad de la caverna. Al final de la rampa un resalte que destrepamos nos deja en la primera sala de la cavidad, formada a favor de un plano de estrato.
Sala del Gour.
Bajo el resalte tenemos la sala 1 a la izquierda, y otro ramal que parte a la derecha. Primero visitamos el ramal de la izquierda, con mayor desarrollo. La sala esta constituida por una rampa abierta a favor del plano de estrato, nosotros avanzamos por su parte inferior, y también vamos tanteando algunos pasos estrechos que discurren bajo la sala, ya que buscamos acceder a El Mirador. Tras un continuo de pasos entre bloques en continuo subibaja llegamos por fin a El Mirador. Nos damos cuenta de que existe un acceso mucho más cómodo para llegar a El Mirador: continuando primeramente por la sala e introduciéndose por los pasos estrechos y bajando solo cuando estemos hacia el final de la sala.
Pasamanos que parte del El Mirador hacia la Sala 2.
Desde El Mirador observamos un amplio volumen con bloques, pero la pared de nuestra derecha se presenta cubierta por vistosas coladas de gran porte. Desde El Mirador se puede destrepar entre bloques por un paso situado a la izquierda del balcón, pero nosotros preferimos montar un pasamanos. Para el pasamanos con una cuerda de 20 m. y 4 anclajes (uno de ellos natural) vamos bien.
Una vez bajo el pasamanos y ya en la segunda sala, también formada por un plano de estrato, paramos a comer. La pared sureste está adornada por coladas, y entre las coladas se abre una ventana colgada que da acceso a la zona más bonita de la cavidad: la sala del Gour.
Joaquín sobre un nenúfar en la Sala del Gour.
Para acceder a la sala del Gour es conveniente montar un pasamanos, ya que si no corremos el riesgo de caer al agua. Para montar este pasamanos y el pozo que baja a la sala inferior, con una cuerda de 50 m. iremos bien servidos, junto con algunas chapas y varias cintas, ya que tuvimos que montar muchos anclajes en naturales. También es conveniente llevar varias chapas de parabolt con tuercas (con 4 a nosotros nos estuvo bien), ya que hay algunos espárragos sin las chapas en la cavidad.
En la preciosa sala del Gour nos deleitamos y aprovechamos para tomar algunas fotos. Joaquín incluso hizo malabares para alcanzar un nenúfar (de piedra) que existe en el centro del gour.
En la sala 3, bajo el pozo final de 20 m.
Desde aquí bajamos un bonito pozo enrampado de unos 20 m. que nos dejo en otra sala también muy decorada: la sala 3 en la topo.
Desde esta sala inferior visitamos varias estancias más situadas aproximadamente a la misma cota y separadas por grandes clastos. Noe y Luis, trepando entre estos grandes bloques llegamos a la segunda sala, donde habíamos comido y donde nos encontramos con Marirel y con Joaquín que subieron hasta aquí por la cuerda por la que habíamos bajado los 4. Así cerramos un cortocircuito.
Sala más grande del ramal Este (Foto: Noe).
Luego desde aquí descendimos por la pared oeste de la sala 2. Descendiendo por una rampa con mucha inclinación sobre coladas y junto a la pared concrecionada. Así alcanzamos de nuevo el mismo lugar de donde veníamos cerrando otro cortocircuito.
Tras desmontar el pasamanos de acceso a El Mirador, volvimos a la sala 1. Allí visitamos las salitas y los pequeños ramales que parten hacia la parte alta de la sala y que llegan muy cerca de la superficie. Para finalizar, Noe y Luis entramos por el ramal este. El inicio de esta galería hay que buscarlo bajo la rampa de entrada, justo al llegar a la sala 1. Al principio supera algunas estrecheces, pero luego alcanza una sala más amplia con espeleotemas, destacando una gran colada.
Desde aquí salimos al exterior donde había salido el sol. Fuimos a buscar un lugar para cenar y dormir con las furgos
El equipo de Monos.
Al día siguiente, domingo, se nos unieron Gila, Zoraida y Ana, y Joaquín tuvo que regresar a casa. Después de un buen almuerzo en Pla de Corrals subimos hacia la Cova dels Monos, recientemente explorada por Ian, Joel y compañeros del CMEX. La cavidad fue reequipada hace unas semanas con anclajes químicos por sus exploradores.
Tras los preparativos ascendimos hasta la cumbre de la montaña donde se abre la sima. La boca da paso a un resalte que destrepamos. A continuación se abren distintas posibilidades, con ayuda de la topografía avanzamos para encontrar los químicos de la cabecera del primer pozo. La sima está formada por una fractura de origen tectónico. Pero existen fracturas secundarias, sobre todo en la parte superior de la cavidad que, junto con el gran fenómeno clástico, le dan un ambiente laberintico y caótico a estos pisos superiores.
Anita subiendo el pozo de 7 m. que da paso a L’Orgue.
Las verticales de la parte superior son en general cortas, estrechas y sus paredes presentan sequedad. Se suceden los pequeños pozos (P.8, P.10, P.5), con algún pasamanos y cortas zonas de recorrido horizontal. Así llegamos al Caragol, un punto donde tendremos que remontar un paso estrecho entre bloques.
Se siguen sucediendo los pozos (P.10, pasamanos, P.8, P.15). El último de estos pozos estrechos nos deja en la zona más bonita de la sima: L'Orgue, donde un pasamanos discurre entre grandes banderas y espectaculares coladas. En este punto la cavidad cambia por completo, porque además de mostrarse más húmeda y activa, las dimensiones aumentan y las paredes se separan.
En la base de la sima abundan los espeleotemas.
La continuación del pasamanos es un pocete de 7 m. que nos lleva a un amplio y decorado balcón sobre el último y más majestuoso pozo de la cavidad. Se trata de un pozo de 27 m. que se desciende de una tirada, con buena anchura y recubierto por coladas.
En la base del pozo aprovechamos para pegar un bocado. Luego visitamos los dos cortos, pero exquisitos ramales, que parten cada uno en una dirección de la fractura. Hacia el N hay formaciones parietales muy activas. Hacia el SE, tras superar una estrechez, bajamos a una zona muy especial. La estrecha diaclasa se presenta con el piso cubierto por una frágil capa de suelo estalagmítico con algunos nidos de perlas de caverna.
Perlas de caverna.
Luego se encargaran de desinstalar Noe y Zoraida. Al final hemos pasado un gran fin de semana de espeleo con participación casi exclusiva de espeleólogos del Espeleo Club Castelló. Esperamos repetir pronto.