Un año más, y ya van 3, los que he tenido la dicha de poder colaborar
con el proyecto científico del IGME “Termosima” y con el reto deportivo “17picos
17simas” que parece que está llegando a su fin, aunque sea un final agónico que
se hace de rogar por la duración, pues comenzó el año 2015 la instalación de la
cavidad y con todo el trayecto que lleva de trabajo en un sinfín de porteos,
entradas, trabajos durísimos, etc. que no te dejan indiferente en cada una de las
duras entradas que se realiza.
Parte de los integrantes del grupo preparados para la actividad |
Esta vez estaba el exterior del macizo en unas condiciones muy buenas
para poder entrar y no sufrir la dureza del factor agua tal como ocurrió el
verano de 2018 en estas mismas fechas en el que la cavidad estaba intratable
por la abundante agua que te empapaba por completo en diversos pozos.
Vista del Cuevón junto a los Cuetos del Trave |
El grupo congregado para la entrada estaba formado por 7 espeleólogos
(Carlos, Bernat, David, Joaquín, Ángel, Tomas y Enrique) de toda la geografía
española, pues cada uno era de una provincia distinta, eso no quita que la
relación y la buena compenetración en los trabajos fuera excelente ya que se
necesitaba ser muy ágil y metódico con el fin de aprovechar al máximo los
trabajos y el tiempo tanto de descanso como de actividad.
Boca de la Torca del Cerro |
La entrada a cavidad se hizo de modo escalonado en grupos de 2 o 3
espeleólogos con el fin de ir en grupos reducidos, tal y como es habitual en
este tipo de cavidad. El objetivo era claro pues una vez alcanzado el rio Marbregalo en la profundidad de 1492m el
pasado octubre de 2017 se dio por cumplido el proyecto habiendo hecho así mismo
el seguimiento científico de la cavidad en los más de 20 ataques de instalación
y trabajos de porteo y acondicionamiento de vivacs.
Pozo de entrada |
De esta manera el 22 de julio de 2019 se entraba en la cavidad entre
las 10:25 y las 14:30h lo hicimos los 7 integrantes, Enrique y Tomas bajaron al
segundo vivac a 550 para el día siguiente sacar material de las cotas de 700 m
de profundidad donde hay un vivac desmantelado. David, Ángel y Joaquín bajan al
vivac 3 que hay en 750 m de profundidad, llegando David y Joaquín con poco más
de 5 horas desde el exterior, habiendo pasado por el rosario de pozos y
meandros al que te somete esta peculiar sima. Mientras Carlos y Bernat habían
bajado al vivac 4 sobre los 1100 m de profundidad para descansar e iniciar la
desinstalación de esta monstruosa sima, que está actualmente en los rankings
mundiales de profundidad como la 8ª.
Joaquín en el vivac 3º junto a las mejores formaciones de la cavidad |
La siguiente jornada del 23 era para iniciar y rematar lo máximo
posible la limpieza y desinstalación de las partes inferiores, comenzando
Carlos y Bernat con el tramo más profundo desde 1492 hasta 1170, siendo
principalmente los pozos de 134 y 124 metros conocidos como El Pozo de los Ausentes y El Sotano, que consistía la zona entre
la Gran Falla y la sala Olvidar, en la que sobre el mediodía ya lo habían
desinstalado, estando descansando en el vivac 4 hasta llegar el grupo de 3
desde 750 que continuaría las labores.
Los 2 grupos descansando en el vivac 4 a 1150 m de profundidad |
Así Carlos y Bernat salieron bien
cargados hacia el vivac de 750, mientras David, Ángel y Joaquín descansan y
pronto continuarían las tareas de desequipar la cavidad a partir de la cota de
-1170m.
Joaquín en el paso a Olvidar |
David y Joaquín no pudieron resistir la tentación de una vez llegado
al vivac 4, donde se ubica la gran sala
Olvidar, remontar a la parte alta de la sala hasta saborear la susodicha continuación,
conocida como Paso a Olvidar. Una
vez arriba hay entre grandes bloques algún resalte corto y a los escasos metros
la que está considerada ya por las crónicas y comentarios de compañeros como la
peor gatera de la cavidad, que ha causado no pocos trastornos y cambios de planes
en alguna de las entradas en cavidad. David quiso quitarse una “espinita” que
llevaba clavada por las 2 veces que estuvo forzando el paso teniendo que desistir
ambas veces. Se procedió a intentarlo sin idea de continuar, solo por el morbo
de haber pasado la gatera. Aquí se adjuntan unas imágenes del paso, en las que podrán
comprobar la gatera como se las trae. Finalmente, David se tuvo que ir para
arriba tras 3 intentos con la misma rémora no pudiendo satisfacer el deseo que había
llevado a pesar de tomarse en serio por este motivo una dieta alimentaria. Nada
que añadir pues Joaquín pasó como “pedro por su casa” con una facilidad pasmosa,
sin quitarse el arnés y hasta en dos ocasiones.
Tras la aventura del pasaje a Olvidar se vuelve al campamento 4, que
está ubicado a 20 m del suelo en el pozo de 51 m en una gran repisa. Esta favorece
el descanso con un ambiente seco y con escaso viento con un suelo en perfectas
condiciones para instalarlo.
Al acabar la aventura, se descansó con una contundente comida-merienda
haciendo acopio de energía, además pudimos comprobar las gustosas comidas deshidratadas
que ofrece el mercado para este tipo de actividades, ya que al tener que
desmantelar los aposentos, acabamos con los víveres existentes en dicho vivac.
No faltaron unas entretenidas y tensas deliberaciones ambientales y sociales que
prolongaron la estancia; 4 horas más tarde desde su llegada salía el trio a
iniciar la desinstalación, toda una gesta que se afrontó con paciencia para ir
desenroscando tornillos, quitando mosquetones, chapas y nudos hasta la saciedad
con el fin de dejar la cavidad tal y como se había encontrado a la entrada entre
2 y 3 años anteriormente. El esfuerzo y la carga de tanto material fueron
dejando mella en el grupo, aunque se hizo con serenidad y buen ritmo tomándose
los descansos y paradas de alimentación e hidratación pertinentes, sin embargo,
evitando alargalos pues los 3ᵒC de temperatura no te permiten largas paradas.
Ángel junto a Fresco en la cota de -1000 m |
Los más de 400 m de pozos fueron desinstalados en algo más de 10 horas
dejando una tarea durísima superada que fue como un buen mordisco a tan gran
pastel que tanto cuesta superar metro a metro no solo por las exigencias del
ambiente sino por el peso y esfuerzo que comporta el trabajo de desinstalación
y los ascensos cargados hasta las trancas. La actividad fue, entre bajada y
vuelta para arriba a 750, un total de cerca de 15 horas.
Tocaba una vez llegado al campamento de 750 reponer fuerzas con una copiosa
y reconfortante cena y descansar para continuar la tarea la siguiente jornada,
pues nos íbamos a descansar ya hacia las 3 de la madrugada.
Preparando la cena tras la jornada en el vivac de 750 |
Con 7 horas de descanso tuvimos más que suficiente para recuperarnos y
ya con escaso material fuimos saliendo, ahora ya sin desinstalar, pues entre
David, Ángel y Joaquín se retiró algo más de 600 m de desnivel, que equivaldrá a
un kilómetro de cuerda, se dice pronto. A las 4:30 de la madrugada salíamos hacia
arriba ya muy ligeros de equipaje, parando ocasionalmente a tomar algo caliente
o sólido para ir reponiendo energía, y fue hacia las 11:25 cuando el primer
integrante salía ya por la boca del Cerro. El agotamiento era grande pero la
satisfacción por el trabajo hecho, los buenos momentos y conversaciones de
grupo hicieron bastante llevadera esta gran aventura espeleológica que no está
al alcance de cualquier persona; pues salir desde casi 1200 m de profundidad
con una buena ración de petates es en ocasiones tarea inhumana especialmente en
tramos que apenas pasas con el arnés y las dos capas de mono que te protegen,
como para sumarle las 10 sacas que tuvimos que pasar en grupo en alguno de los
meandros.
Bajando por la canal de Amuesa |
Un poco más de mediodía iniciábamos el descenso con intención de
llegar a Bulnes para hora de comer y reponer las energías agotadas en tan dura
actividad con una buena ración de zumo de cebada. Dentro de cavidad fueron algo
más de 70 horas con 3 noches, toda una prueba física, sicológica y emocional.
Los Cuetos del Trave forman un carst muy prolífico en cavidades profundas |
En anteriores posts del Blog se publicaron 3 artículos sobre los
trabajos de instalación en esta misma cavidad en el año 2016 y 2017, todas ellas
enmarcadas en el proyecto 17Picos 17Simas con el fin de colaborar en sus dos
vertientes deportiva y científica.