El macizo de Collarada se sitúa en el Pirineo aragonés, al este del valle de Canfranc, al oeste del valle del Río Aurín, limita al norte con el valle Izas y al sur con el valle del Río Ijuez. Aunque la zona de trabajo del Espeleo Club Zaragoza no abarca la totalidad del macizo. En esta zona se han sucedido las exploraciones espeleológicas desde finales del siglo XVIII. Espeleólogos franceses, catalanes, valencianos, y por supuesto maños, han trabajado en la zona durante este casi siglo y medio.
Cumbres de Collarada, Collaradera y Peña Somola alta (Foto: Luis Almela).
El pasado fin de semana arrancó la campaña del Espeleo Club Zaragoza en el Macizo de Collarada y fuimos invitados para colaborar y conocer la zona un buen número de amigos. Allí nos juntamos unos cuantos amigos que también estamos en el grupo de exploración de la Cueva Vallina.
Aproximación a las cavidades (Foto: Luis Almela).
El viernes por la tarde algunos compañeros que llegaron temprano aprovecharon para portear material hasta la boca del Trou Souffleur. Luego fuimos llegando los demás para compartir una agradable cena y su correspondiente sobremesa.
El grupo de exploración.
Boca de la sima M-5 (Foto: Luis Almela).
El sábado formamos tres equipos: uno entraba en el Trou Souffleur para instalar la cavidad; otro entramos en la sima M-5 donde teníamos diversas faenas; y un tercer grupo se dedicó a prospectar la zona por el exterior.
Zona activa en la M-5 (Foto: Luis Almela).
El equipo de la M-5 estaba formado por Lee, Jose, Josean y Luis. Bajamos hasta la punta de máxima profundidad de la cavidad, situada a -225 m. Allí, Jose y Luis ejecutamos una escalada de unos 15 metros que cerraba en su parte superior. Mientras tanto, Lee y Josean emprendieron una dura desobstrucción por una estrechez donde soplaba una prometedora corriente de aire.
Meandro final en la M-5 (Foto: Luis Almela).
Jose y Luis tras escalar y ver los trabajos que iban haciendo los compañeros comenzamos a subir para topografíar el meandro Chipi-Chop. Dicho meandro se trata de un estrecho conducto que termina en una estrechez de momento infranqueable, pero el cual resulto tener unos 125 m. de desarrollo.
Cabecera del P-90 en la M-5 (Foto: Luis Almela).
A las 8 de la tarde salíamos Jose y Luis. Una hora más tarde lo hacían los otros dos compañeros, tras dejar el paso muy ensanchado. Bajamos al refugio de la Espata para esperar a los compañeros que estaban en el Trou Souffleur.
Boca de entrada al Trou Souffleur (Foto: Vicente Barraquet).
El equipo del Trou Souffleur, compuesto por Israel, Vicente, Miry y Fermín, tenían una aproximación más larga que la nuestra, y además muy cargados.
Pozo de 117 m. (Foto: Israel Peña).
Ellos instalaron y topografiaron la cavidad hasta la cota -250 m. Israel fue el que se encargó de instalar la sima, y reequipar donde era necesario. Vicente iba realizando el alzamiento topográfico con la ayuda de Miry y Fermín, además de ir porteando el material por la cavidad.
Israel equipando en el Trou Souffleur (Foto: Vicente).
Los compañeros del Trou Souffleur salieron pasada la media noche con las buenas noticias de haber alcanzado la cota de -250 m. y con una cavidad que continúa. Así que lo celebramos con una buena "torrà" y una cata de sidras que nos había traído Josean.
Miry y Fermín en el Trou Souffleur (Foto: Vicente).
Ha sido un placer conocer la zona de exploración de los amigos del Espeleo Club Zaragoza, y sobre todo haber compartido este fin de semana con tan buena tropa.
Barranco de Bozuelo con el refugio de la Espata y Villanúa al fondo (Foto: Luis Almela).