Grotte de Saint Marcel, reseau
1: Galerie des Boas.
Esta cavidad, sin lugar a dudas, es uno de los máximos exponentes
del patrimonio subterráneo del país galo. Varios son los motivos: uno de ellos
es la historia de sus exploraciones, que se remontan al año 1836, constituyendo
una de las primeras grandes cavidades exploradas a nivel mundial. También por
la vasta red explorada hasta la actualidad, que asciende a los 64,5 km. de
desarrollo con un desnivel de 233 m., ocupando actualmente la 4° posición por
desarrollo en el ranquin francés; solo por detrás de la Reseau Félix Trombe (117.200 m.), el Sistema de la Pierre Saint Martín (86.620 m.) y la Reseau de l'Alpe (67.272 m.). Otra razón
son sus enormes galerías freáticas, ya que la mayor parte del sistema está
formada por enormes galerías con secciones perfectas y golpes de gubia en sus
paredes.
Pont d’Arc es una
singularidad geológica enclavado en les Gorges
de l’Ardèche.
En esta ocasión, y aprovechando el puente de Sant Joan, nos
tomamos varios días para viajar hasta l’Ardèche
y visitar varios sectores de la Grotte de
Saint Marcel, así como otras cavidades de camino, monumentos naturales de
gran interés como por ejemplo el Pont
d'Arc, o algunos pueblos con encanto. Finalmente solo fuimos 4 los que
viajamos a Francia: Ian, Amparo, Lydie y Luis. Pero en petit comité siempre se
va muy a gusto, grupos pequeños suelen ser muy efectivos, y más con tan buena compañía.
Formaciones
en el Aven de Mange Rocs.
El martes por la tarde partimos hacia Francia. Hicimos escala en
el Pla de Périllos, cerca de
Perpignan. En este lugar existe una alta concentración de cavidades, muchas de
ellas superan el centenar de metros de profundidad y otras poseen grandes volúmenes,
como es el caso de las dos simas que visitamos el miércoles por la mañana.
Gran
sala en el Aven de Mange Rocs.
Estalagmitas en la sala del Aven de Mange Rocs.
Porque la escala en el Périllos
fue para bajar un par de simas por la zona. Primero el aven de Mange Rocs (come piedras en francés), os podéis imaginar a
que se debe este nombre... Consta de dos cortos pocetes que no llegan a 10 m.
cada uno, que nos dejan en una gran sala con múltiples espeleotemas. La sala
tiene unas dimensiones de 50 x 20 m. Tiene algunas ramificaciones en su zona
norte decoradas con bonitas formaciones, algunas de ellas translúcidas. En la
zona central y sur de la sala el fenómeno reconstructivo esta menos
representado, pero en el suelo se observan bellos polígonos de desecación,
algunos de ellos han sido concrecionados.
Barrenc gran del Pla de Périllos.
Luego visitamos la más clásica de las cavidades de Périllos: el Barrenc gran del Pla de Périllos. Un amplio y bello pozo de 37 m. nos
deja en una enorme sala de 130 x 60 m. con el suelo completamente llano. Si la
sala del Aven de Mange Rocs nos
impresionó, esta mucho mas. En algunos rincones de la sala existen grandes
estalagmitas, y en el extremo sur una par de coladas que asemejan a una medusa.
En la parte noreste vemos unas ramificaciones donde la corriente de agua que se
debe formar en episodios torrenciales forma unas incisiones vadosas de gran
envergadura.
Grandes
estalagmitas en el Barrenc gran del Pla
de Périllos
Gran
sala del Barrenc gran del Pla de Périllos.
Después de esta visita al Pla
de Périllos continuamos la ruta hasta l'Ardèche.
Esta tarde todavía visitaremos a Monsieur Gerard, presidente del club de Saint
Marcel, para recoger las diversas llaves y permisos que necesitamos para
visitar los sectores de la cavidad que habíamos previsto. Este señor, de trato
agradable y con topo en mano, nos dio muchas indicaciones para nuestra visita.
Barrenc gran del Pla de Périllos con el pozo de entrada al fondo.
Tengo que hacer mención al hecho de la protección de las cavidades
subterráneas en Francia. Muchas de las cavidades visitadas, sobre todo las que
poseen un rico y/o frágil patrimonio, están protegidas por puertas. Pero lo
curioso es que la regulación de estas cavidades suele recaer en los clubes de espeleólogos.
Por tanto a la hora de realizar los trámites son los mismos espeleólogos del
terreno los que te lo facilitan, incluso en algunas ocasiones te acompañan a
las grutas. En ningún caso hemos tenido problemas para conseguir esta autorización,
siempre y cuando se cumplan los requisitos y plazos de espera para la visita.
En cambio en nuestro estado español las regulaciones recaen mayormente en manos
de las administraciones que, además de los engorrosos trámites burocráticos que
suelen conllevar, en muchas ocasiones muestran poco sensibilidad con el
patrimonio subterráneo y con las labores llevadas a cabo por los espeleólogos
en su labor desinteresada por la difusión y protección de este patrimonio. Evidentemente
la legislación en cuanto a la titularidad del patrimonio subterráneo difiere en
ambos estados. Por ello es de agradecer a los clubes su predisposición por esta
protección totalmente compatible con la visita espeleológica. Nosotros, en
prueba de agradecimiento les entregamos algún detallito.
Gorges de l’Ardeche.
El jueves lo dedicamos a visitar el Pont d'Arc y las Gorges de
l'Ardèche, elementos imprescindibles en la zona. El Pont d'Arc es un espectacular arco natural que ha excavado el rio
Ardèche. Se trata de una curiosidad geológica con relevancia a nivel mundial.
Sus dimensiones, de 54 m. de altura por 59 m. de anchura, son lo que lo hace único,
ya que de puentes de roca existen multitud en todo el planeta. En sus inmediaciones
nos encontramos con varias playas fluviales donde poder refrescarse. El baño
debajo del puente natural es algo que no podíamos dejar de hacer. Monsieur
Gerard nos explico que en sus proximidades esta la Cueva Chauvet, una cavidad que alberga unas de las más antiguas
pinturas rupestres conocidas a día de hoy del paleolítico superior. La cavidad
solo puede ser visitada para trabajos científicos, pero existe una réplica que
es visitable.
Lydie
junto al impresionante Pont d'Arc.
Volviendo al caso del gran arco: este se enclava en la parte
superior de las Gorges de l'Ardèche.
Las profundas Gorges han sido
excavadas por el rio Ardèche sobre
una meseta compuesta por materiales calcáreos del Urgoniano. Forman un ancho y
profundo cañón durante unos 32 km. de desarrollo. Y en estas Gorges es precisamente donde se abre la Grotte de Saint Marcel.
Uno
de los amplios meandros que forma el rio Ardèche
en las Gorges del mismo nombre.
El viernes 24, festividad de Sant Joan, era el día señalado en el
calendario para conocer la reseau 1
de la Grotte de Saint Marcel.
Entramos por la entrada histórica de Saint Marcel, ya que hace algunos años se abrió
de forma artificial un túnel que conecta con la zona de la Cathedrale y Les Gours,
zona iluminada y acondicionada al turismo.
La Cathedrale presenta
unas dimensiones colosales.
Las galerías tienen unas dimensiones colosales en todo su
recorrido. Tras el corto tramo de techo bajo donde se sitúa la puerta de
entrada ya entramos en una enorme galería de morfología freática que nos
acompañara en todo nuestro recorrido por esta maravilla natural. Estamos en el reseau 1 de Saint Marcel. Pronto
encontramos la 1er échelle (primera
escalera). Pues durante todo el recorrido vamos a ir encontrando algunas
escaleras metálicas para salvar resaltes ascendentes. Algunas de ellas se
situaban en la zona turística y han sido retiradas al acondicionar la cavidad
al turismo.
1er échelle de Saint Marcel.
Más adelante llegamos a la
Cathedrale, donde las dimensiones son tales que tenemos que poner nuestros
potentes frontales a máxima potencia para ver los grandes espeleotemas que nos
envuelven. Aquí ascendemos por unos escalones tallados sobre una gigantesca
colada blanca y alcanzamos la zona de Les
Gours, ya acondicionada con pasarelas. Para cruzar esta zona de pasarelas
nos quitamos las botas y nos ponemos unas chancletas para evitar ensuciar el
suelo. Les Gours son fantásticos, y
al ser el mayor reclamo de la zona turística de la cueva, los llenan
artificialmente de agua y esta corre de unos a otros creando una escena muy
bella. Y eso que no los vimos con la iluminación que encienden para los
visitantes; el juego de luces debe ser excepcional.
Les Gours, en la zona acondicionada para las visitas.
Una vez superada la zona de pasarelas, y otra vez con las botas,
entramos en la Voûte des maçons,
donde las grandes dimensiones de la galería, los golpes de gubia en paredes y
techos son la tónica general. Pronto llegamos a Le théatre (bautizado por el ilustre Edouard Alfred Martel), donde el conducto realiza un curioso giro y
comienzan a hacer aparición las grandes estalagmitas, columnas, estalactitas,
coladas y banderas. Continuamos por la Galerie
des Boas, siempre con un avance muy cómodo.
Galerie des Boas, simplemente espectacular.
Luego pasamos por la Chapelle
gothique, donde los grandes espeleotemas abundan por todos lados queriendo
tapar la galería. Continuamos hasta encontrar una fina y solitaria columna
donde podemos leer una inscripción con una bonita grafía y escrita nada más y
nada menos que el año 1836. Sí, en el año 1836 exploraron varios kilómetros de
esta vasta red. Más adelante tenemos la desobstrucción
de Joly que marcaba el final de la cavidad durante muchas décadas.
Grandes
galerías en la reseau 1.
Las
concreciones decoran los conductos.
Tras ella aparece la Grande
barriere, que es la bifurcación donde podemos tomar hacia la izquierda el
ramal que nos adentra en la reseau 4,
o continuar por la derecha por la reseau
1. Nosotros seguimos por la reseau 1
y pronto nos topamos con el Lac, que
hoy tiene poca agua y solo nos mojamos los pies. A continuación subimos la 6eme échelle, y avanzamos por galerías
con bonitas estalactitas y estalagmitas de tonalidades amarillentas y rojizas
hasta llegar a la salle des Repas.
Aquí debemos montar un P-10, pero los spits de la cabecera no nos convencen y
decidimos tomar una pequeña pero curiosa galería que nos lleva al tobogán de 8
m. que realmente es un pozo. Bajo de esta vertical volvemos a salir a la galería
principal tras el P-10.
Le tournesol, en la reseau 1 de Saint Marcel.
Ahora estamos en la Chaussee
des Geants, también un conducto colosal. Aparece una bifurcación: primero
tomamos la galería de la izquierda que enseguida nos deja en la base de los Puits Tonio, que están instalados en
fijo, pero que no vamos a subir. Volvemos a la bifurcación donde comemos. Después
tomamos el ramal derecho que nos lleva a la Chatiere
des sables, fin de este ramal hasta el año 2020. Una faraónica desobstrucción
donde los exploradores franceses han movido verdaderas toneladas de arena da
paso a la salle de déconfinement y la
salle de rhinocéros. La primera muy
decorada. Allí encontraron huesos de un rinoceronte. Son las salas más nuevas
de Saint Marcel, y entramos aquí por recomendación de Monsieur Gerard.
Salle de déconfinament:
fíjense en el “big-bag” utilizado
para la desobstrucción.
Las
grandes concreciones y las anchas galerías freáticas son la tónica de la reseau 1.
De vuelta a la Grande Barriere entramos a la reseau 4, con un inicio fantástico tanto por el tamaño de los
conductos como por las concreciones. Existen tabiques de gour de más de un
metro de alto. Llegamos a la salle du
Cypres, que constituye un gran desfondamiento. Destrepando entre bloques y
coladas, y luego bajando dos pocetes de 5 m. (se puede destrepar en libre) y de
8 m. alcanzamos el fondo de la sala. Desde allí contemplamos la enorme
estalagmita que da nombre a la sala. Todavía ascendemos la escalada de 15 m.
que pasa junto al Cypres, pero arriba
nos detenemos y volvemos hacia la salida. Tras 9:30 h. salimos de nuevo al
exterior maravillados por esta singular cueva.
Le Cypres.
El sábado tocaba realizar la travesía entre el Aven Despeysse y la Grotte de Saint Marcel recorriendo gran parte de la reseau 2. Los pozos de entrada se pueden
descender en técnica de doble cuerda o bien instalarlos en fijo, nosotros optamos
por la primera opción. Pero hay que decir que no existe ningún pasamanos de
aproximación a ninguna cabecera, y algunas de estas están un poco expuestas.
Por lo que instalamos muchos pasamanos recuperables de aproximación a las
cabeceras, e incluso Ian montó un desviador recuperable. Solo son 6 pozos de
12, 20, 7, 25, 15 y 14. Así que entramos con un 60 y un 40; Ian monta, Amparo y
Lydie van pasando las sacas y Luis recupera.
Cabecera
del P-7.
Los pozos son bonitos y algo húmedos y eso que entramos en una época
seca. Bajo del último pozo de 14, en el cual tenemos que hacer un par de péndulos,
se abre un meandro desfondado. Este meandro no es estrecho, pero presenta
varias cuerdas fijas para salvar distintos pequeños obstáculos: resaltes,
pasamanos, escaladas... hasta llegar al tobogán final de 30 m. que nos deja en
la Salle Blanche. Aquí ya estamos en
plena reseau 2 de Saint Marcel, y las
galerías de sección freática y grandes dimensiones nos lo recuerdan.
La Salle Blanche.
Tomamos la “galería N” en la cual vamos encontrando cortos
resaltes descendentes y algún pasamanos, pero siempre por cómodas y amplias galerías
de sección freática que no dejan de sorprendernos. Tras varias bifurcaciones
pasamos algún pequeño lago y zonas donde el suelo de la galería está salpicado
por altos gours que hemos de saltar. Una de estas zonas es la grande fontaine, pero que nosotros
encontramos seca. Todo este sector es de muy rápido avance.
Pasamanos
en la “galería N”.
Y así, emborrachados de ver tanto galerión, llegamos al lugar
donde abandonamos la galería principal para introducirnos por un laminador que
parte por la pared izquierda de la galería. Así entramos en la zona del laberinto,
donde las fechas verdes nos facilitan la progresión, si bien guiándonos con la
topo vamos viendo en todo momento por donde vamos. Aquí hay algunas zonas de
techo bajo y es el lugar donde es más difícil orientarse de toda la travesía.
Algunas zonas están muy decoradas con todo tipo de espeleotemas: gours,
banderas, coladas, estalagmitas, estalactitas, excéntricas...
Uno
de los pequeños lagos de la “galería N”.
Una vez superada la primera parte del laberinto la orientación es más
fácil. Discurrimos por galerías anchas pero con el techo más bien bajo, en
ocasiones tenemos que caminar como los gorilas, en algún punto incluso hincar
las rodillas. Así llegamos a un carrefour
(cruce de 4 caminos) donde tomaremos la Galerie
Courbis. Esta galería toma nombre de sus primeros exploradores: los
hermanos Courbis, que aprovechando
una temporada de sequia pudieron acceder a las reseau 2 y 3 y explorarlas. Alguno de ellos todavía sigue en activo
y en muy buena forma pese a superar los 70 años de edad.
La
reseau 2 de Saint Marcel también es
muy bonita.
Más adelante, y tras varios tramos de techo bajo y algún que otro
cruce, alcanzaremos la “galería C”, que es la principal de la reseau 2. Al poco encontramos una
barrera de concreciones que superamos por una gatera, tras ella paramos a comer
un poco. Al continuar unos metros vemos a la derecha las dos entradas a la reseau 3, a la que nos asomamos para ver
que enseguida se convierte en un ancho laminador, pero que decidimos no entrar.
En otra ocasión si volvemos a Saint Marcel visitaremos esta reseau 3 junto con la totalidad de la 4,
que según Monsieur Gerard son las más bonitas.
Puerta
de acceso a las reseau 2 y 3.
Y solo nos queda superar unas pequeñas salas denominadas el Cabinet de la Reine para alcanzar la
pequeña puerta protegida con llave que nos deja en la Cathedrale, lugar que ya conocemos de nuestra visita de ayer. Antes
de salir Ian y Luis todavía entramos a recorrer la galerie du Lac. Aunque el lago está prácticamente seco nos deleitamos
con sus grandes cúpulas. Y es que esta gran galería tiene una sección donde se
aprecia la tectónica local, con techo muy altos y paredes surcadas por
magníficos golpes de gubia.
Cúpulas
en los altos techos de la galerie du Lac.
Solo queda volver a la
Cathedrale para tomar la galería de entrada, donde esta vez vemos una
cazuela concrecionada. Tras descender la 1er
échelle y recorrer los últimos metros por este galerión llegamos a la
puerta de salida, marcándonos una gran y bella travesía, la primera gran travesía
para Amparo. Nos ha costado unas 8 horas y media la travesía, visitando también
la galerie du Lac.
El
equipazo a la salida de la travesía por la entrada histórica de Saint Marcel.
Ahora toca reponer fuerzas para mañana regresar a casa tras estos
magníficos días en tan grata compañía. Antes pasamos a ver a Monsieur Gerard
que nos insiste en dejarnos las llaves un día más, pero que no podemos aceptar
porque toca regresar a casa. Cambiamos impresiones con este agradable personaje
y nos despedimos del Ardèche y sus magníficos paisajes.
Preciosos
golpes de gubia en la galerie du Lac.