Cascada de 20 m. (Foto:
Vicente Barraquet)
Esta
curiosa cavidad está formada por un curso activo que se sume bajo tierra muy
cerca de la boca superior, para más adelante salir al exterior por la boca de
salida, siendo esta una resurgencia. Se trata por tanto de un curso epigénico
que por un corto espacio ha formado una cavidad. La cavidad es muy frecuentada
por su atractivo deportivo y visual, ya que se puede realizar una corta y
divertida travesía subterránea.
Entorno donde se abre
la cavidad.
Nosotros
accedimos desde la población de Larrau, ascendiendo al coll de Bagargi. Desde
el collado tomamos un desvío a la derecha por una carretera estrecha para subir
al col Burdin Olatzé, junto al Alberge Ahusquy. Allí nos juntamos a una
carretera más ancha y cogemos el ramal de la izquierda. Para al poco tomar una
pista en su inicio asfaltada, a la derecha, que nos acercar hacia la cavidad,
tomando los dos primeros cruces a la izquierda y el tercero a la derecha.
Boca superior en medio
del bosque.
El
entorno donde se abre la cueva es magnífico. Se trata de un frondoso hayedo con
mucha humedad por todos los rincones y que rebosa verdor por doquier. Además el
día de nuestra visita era lluvioso y acrecentaba la humedad del ambiente.
La
boca se abre en medio de un torrente seco, ya que las aguas del torrente se
sumen en las proximidades de esta y van a parar dentro de la cavidad. Al poco
de la entrada, por la derecha se nos junta el activo, que nos acompañara casi
toda la travesía.
Primeros tramos de
meandro.
La
cavidad combina tramos de meandro con cascadas que se salvan mediante rapeles.
La primera cascada que encontramos es la más bonita, de unos 20 m. y que cae
sobre una pulida colada. Debajo de ella existe un pequeño lago. Más adelante encontramos
otra cascada de 3 + 8 m. también en el segundo salto el agua corre sobre una
colada. Al tercer rapel, de unos 8 m. accedemos por encima de una repisa donde está
la cabecera. Ojo que en el croquis del club Sejca las 2ª y 3ª cascada las
intercambian de orden.
Parte final de la cascada
de 8 m.
Más
adelante encontramos otra cascada de unos 5 m. Tras ella treparemos para
alcanzar una galería fósil y avanzar unos metros por ella, ya que el activo
forma varios sifones. En los sifones el agua se presenta con mucha espuma. Entre
las cascadas siempre encontramos tramos de meandro, que sin ser muy ancho y
alto tiene unas buenas dimensiones para avanzar cómodamente. También existe bastante
proceso reconstructivo en la cavidad.
Luis, Sarai y Vicente
en una zona de gours.
Tras
el tramo fósil encontramos de nuevo el activo y superamos una zona de techo
bajo con bonitos gours. Ahora tan solo nos resta una última cascada de unos 4
m. bajo de la cual existe un lago, y la galería final con gours y un último
lago que precede a la boca de salida y resurgencia de la cavidad. El retorno se
realiza por en medio del bosque teniendo que superar una rampa de barro con
fuerte pendiente y una delicada trepada. Una bonita actividad, aunque corta, pues
a nosotros 3 (Sarai, Vicente y Luis) nos costó 1 hora y media. Es ideal para combinar
con el Gouffre de Betxanka.
Galería final con
bellos gours.